domingo, mayo 13, 2007

¡ GENÉRICOS SI !


¿Cuánto cuesta los medicamentos que tomamos? ¿Es su precio justo? ¿Qué ocurre con el negocio de las farmacéuticas? ¿Por qué no se regula una normativa en beneficio del ciudadano? ¿Por qué existen tratamientos como el del SIDA, con un gran coste económico y con unos intereses detrás de ello? No comprendo como muchos médicos entran en el sucio negocio de recetar medicinas caras cuando hay genéricos, mucho mas baratos e iguales en eficacia. Esto tendría que ser una lucha de los propios profesionales de la medicina y de la salud que han jurado salvar la vida de las personas y su bienestar. Se deberían prohibir esas visitas que todos hemos visto en los ambulatorios de representante de farmacéuticas, elegantemente vestidos, vendiendo la estafa y la infamia, comprando a quien extiende la receta y se deje comprar.

González Torres ha revolucionado la industria farmacéutica en Latinoamérica. Tiene una red de 4.000 farmacias en la que sólo vende medicamentos genéricos. Su lema “lo mismo pero más barato”, es la clave, es la solución para muchas personas que necesitan comprar medicamentos, es el muro para luchar contra las farmacéuticas en el abuso de la salud.

El Doctor Simi como se le conoce cariñosamente, además de estas farmacias, ha puesto médicos asequibles y baratos, en gentes donde sólo ganan 3 euros al día. Sin seguridad social que les ampere como a nosotros, miles de personas son vistas por éstos médicos que les cobran menos de dos euros y sólo les receta genéricos. Ha montado un imperio de la salud para el pobre, con más de 4.000 farmacias en México, con dispensarios en los que 5.483 médicos realizan al mes más de 2.500.000 consultas, con centenares de farmacias en Chile, Argentina, Guatemala y otros países. Da trabajo a 22.600 empleados, 140 laboratorios Best, 154 laboratorios de análisis clínicos, 2.631 instituciones de asistencia social, un hospital maternoinfantil en Chiapas.

Según ha declarado el Doctor Simi, la fórmula de farmacias similares no puede implantarse en España “por unas leyes muy proteccionistas y anacrónica “En Europa les gusta comprar caras las medicinas, lo complican todo para que no puedas poner farmacias”. Hasta la llegada de González Torres, los genéricos sólo podían conseguirse en hospitales y clínicas del gobierno, no en farmacias. Una buena astucia de venta. Esto obligaba en México a que 50 millones de personas no cubiertas por el sistema de salud pública, pagaran muy caras las medicinas con marca. Una verdadera sinvergonzería. Encima de ser pobres, hay que machacarlos más sin ningún tipo de escrúpulos por personas sentadas en buenos sillones, fumando un puro y perdiendo el dinero ganado con sangre y explotación, en caprichos sin sentido.

¿Por qué se impide o dificulta hasta el extremo, que en España exista este tipo de farmacias genéricas? ¿A que tienen miedo?. La respuesta es muy sencilla de contestar.

El Gobierno de Brasil ha dado un salto a la racionalidad y su Presidente Lula da Silva, ha decidido suspender la patente de un fármaco contre el sida de Merck de una multinacional farmacéutica y la compra de una versión genérica del mismo producto elaborada en la India. La causa: que el fármaco producido en Asia solo cuesta una tercera parte de la marca patentada. Una persona normal tendría que echarse las manos a la cabeza y al ver como sin escrúpulos, se esta comerciando la vida y las enfermedades de las personas. Recientemente en España tampoco se dejaba probar un medicamento que había resultado positivo en varios pacientes terminales curándoles el cáncer. Se pidió hacer análisis clínicos y se ha denegado: ¿Por qué? Porque resulta que ese cáncer podría curarse con un medicamento que iba a pasar a genérico. Una vez más es para echarse a llorar o s gritar ¡basta ya!.

Brasil se ha convertido en el primer país del mundo que suspende la patente de un fármaco contra el virus del sida, pero todos los gobiernos tendrían que hacer lo mismo con infinidad de medicamentos. La vida no se puede patentar ni estar en manos privadas que solo hacen meter dinero en sus maletines para seguir comerciando con la muerte.

Esta existiendo una respuesta global en algunos puntos del planeta contra esta barbarie medicinal. En Bangkok se han realizado manifestaciones en las que se pedía la distribución de genéricos contra el sida. ¿Quién esta impidiendo a los enfermos del Sida que sus tratamientos les resulta asequibles con los genéricos? ¿Qué contratos existen para que donde hay una marca no pueda existir o no dejen poner a la venta un genérico con el mismo efecto como ocurría en Brasil? Si Brasil lo ha hecho, todos lo pueden hacer, pero tiene que existir un levantamiento de las conciencias, una revolución del pueblo que exija sus derechos, el derecho a la salud, el derecho a ser libres. No se pueden dar patentes a medicinas que ya están inventadas o tienen los mismos efectos, no se pueden dar patentes a esas medicinas robadas de las culturas indígenas, no se pueden conceder patentes a organismos vivos de cualquier índole. No debemos patentar la vida.

Deberíamos luchar contra ello. Cuando vayamos al médico, aunque sepamos que nos extiende una receta cubierta por la seguridad social y que no nos va a suponer a nuestros bolsillos gran costo, debemos exigir que nos receten el genérico. El médico debería hacerlo, pero si no lo hace, es nuestra responsabilidad para poder cambiar este sistema impuesto a la fuerza y con enormes beneficios para sus impulsores. No debemos contribuir a esta estafa engañosa, ya que aunque nosotros no lo paguemos en su totalidad, lo hacen nuestros impuestos que cubren la sanidad pública, es decir la nuestra.

Pidamos genéricos, hagamos boicot a los productos farmacéuticos que tengan su equivalencia en los genéricos, pidamos a los médicos que sean también responsables al extender sus recetas y que como lo ha hecho Brasil, suspendamos todas las patentes que impidan el bienestar y la salud de las personas. Las leyes se pueden cambiar y los Decretos son efectivos, rápidos y concluyentes.


PEDRO POZAS TERRADOS

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