viernes, diciembre 30, 2005

LUJO EN NAVIDAD + GUSTO EN EL PALADAR = DOLOR Y DESTRUCCIÓN

¿Somos conscientes de nuestros actos a la hora de consumir? Es cierto que a veces no tenemos información suficiente para poder tomar una decisión coherente en los numerosos productos que figuran nuestra lista de compra. La vida nos mueve como una corriente fluvial, unas veces estancada, otras con marcha tranquila y suave, y muchas otras atravesando torrentes, rápidos, cascadas y remolinos. Vivimos agobiados por el tiempo y ello, en ocasiones, nos hace cerrar los ojos ante muchas evidencias reales.

Llega las fiestas de fin de año y con ella el consumo se dispara, las celebraciones se incrementan, las comidas se suceden y las juergas con la nueva entrada del año, se disfrutan una tras otra.

Este año no a va a ser distinto. Pero hay algo que deberíamos poner en nuestra lista de compra, algo sencillo y fácil de realizar y que sin embargo supone la vida o la muerte en lugares apartados de nuestra casa: “NO COMPRAR LANGOSTINOS” procedentes de la acuicultura de Asia, África o Sudamérica. España es el principal importador europeo de estos langostinos que nos llegan congelados. Muchos no saben el enorme impacto social y ambiental que se esconde detrás de ellos y que sin embargo su sabor, al haber sido alimentados de forma artificial, es nulo e insípido. Los cultivan en la costa, haciendo parcelas en el mar, talando los manglares, arrasando la riqueza marina.

Los manglares son bosques costeros que se encuentran entre los ecosistemas más valiosos y diversos en todo el mundo. La principal amenaza a la que se enfrentan es al cultivo de langostino que su consumo crece en estas fiestas. Uno de los últimos datos de esta producción agresiva los ha dado la FAO, informando que el 50% de los manglares del mundo han desaparecido ya. La expansión de esta industria destructiva, no sólo deja tras de sí la desaparición de los manglares. La pérdida de los medios de vida de las comunidades costeras de estos países pobres, la contaminación de los acuíferos por el uso de pesticidas y antibióticos, o la violación de los derechos humanos aparecen asociados a esta industria. Esto es una tragedia social que muy pocos conocen y que ahora no podemos esconder la cabeza y tenemos que actuar ¡ya!, dejando de consumir el langostino tropical, mirando la etiqueta de su procedencia. Países como Tailandia. Ecuador, India, Bangladesh, Honduras, Colombia, Brasil, México, China y algunos países más, se encuentran implicados en esta práctica de destrucción y dolor.

Puedes informarte si quieres para que veas la importancia que supone el mero hecho de comprar langostinos de procedencia de los manglares. Además en los langostinos congelados procedentes de Asia y Lationoamérica se han detectado residuos de antibióticos como oxitetraciclinas y ácido oxolínico. En las granjas de acuicultura (en los manglares) los antibióticos son administrados directamente en el agua o a través de los piensos medicados. Mucho más podría seguir hablando de esta problemática. Pero yo ya te he comunicado las consecuencias de su consumo. Si quieres puedes ponerte a la acción en estas fiestas, con un simple tachón en tu lista de compra que no te supondrá nada, pero que es mucho para las poblaciones costeras donde esta práctica está arruinando su calidad de vida, su trabajo como pescadores locales y les obligan a abandonar su casa, sus tierras, sus raíces.

Cambia ese gusto de paladar y por ser navidad, evita la destrucción de los manglares y el dolor de las poblaciones locales. Es nuestra responsabilidad.

Pedro Pozas Terrados (NEMO)