Quiero
sentir tu presencia, unir nuestros mundos separados. Gritar al mundo que el
amor es una semilla que crece hasta alcanzar tu corazón y amar ciegamente,
sentirte amado, pensar el uno del otro y andar por caminos y senderos de felicidad.
Cuando paseo
bajo los árboles, guardianes de ambos universos que nos separan y siento el
olor a vida en esa otra dimensión en la que vive el reino vegetal más
lentamente; cuando su verdor y su sabia me dan la bienvenida en el mundo mágico de la naturaleza; cuando
el colorido explota en cada paso del camino y el arco iris salvaje se mezcla entre los cantos de los
pájaros; cuando observo una abeja ir de flor en flor buscando el néctar de la
existencia y ésta le regala el polen para sembrar el fruto de la belleza;
cuando la nostalgia se apodera de mis palabras y buscan en mi interior un hueco
en mi corazón……, entonces amor mío es cuando siento tu presencia, es cuando las
lágrimas brotan de mis cansados y viejos ojos y te buscan para convertirse en
ríos de esperanza y en tristezas desoladas por tu ausencia.
Quiero
entender o tal vez creer que mientras el sonido del bosque me saluda a cada
paso, allí estás tú, caminando junto a mí, con tu impresionante hermosura a
pesar de que la soledad irrumpe hirientemente en nuestras vidas separadas.
No puedo
entender cómo se puede ejercer violencia física o psíquica a seres que en un
día se amaron y que ahora intentan cambiar rumbos sin treguas ni acuerdos comunes. No puedo entender la
violencia de los humanos, la ira y la venganza, el odio y el engaño, el olvido
y el desprecio. No puedo entender que el amor pueda romperse en mil pedazos
convirtiéndose en barro putrefacto y escoria. El amor es más que todo eso, es
la comprensión, el perdón, seguir caminos separados si es necesario pero sin
que una gota de sangre o lágrima pueda empañar la sin razón de lo lógico en un
mundo ya de por sí angustiado y perdido.
Ojalá
estuvieras a mi lado, seguir dando pasos juntos en el camino de la vida y de
las ilusiones, poder juntos superar las montañas inciertas o navegar dulcemente
en las tranquilas aguas de nuestro velero.
Sin embargo
me toca coger la barca en solitario y adentrarme remando con la sola fuerza de
mis brazos pero con tu recuerdo en mi pecho, sin poder sentir tu mano o tu
suspiro, tu piel o tu voz, tus consejos o tu sonrisa.
Lágrimas
secas que ahogan mi corazón en cada mañana, que buscan en tus ojos una linda mirada y solo encuentro la
oscuridad y el sabor amargo de la soledad. Noches donde me despierto y quisiera
escuchar tu respiración, sentir el calor de tu cuerpo, soñar juntos proyectos
donde la fuerza de nuestros besos superara las oscuras tinieblas de lo
desconocido.
Sí, es
triste levantarme en cada rayo de la mañana con la alegría de un nuevo día y
descubrir al instante que tu presencia se ha difuminado en el dolor continuado
de una separación forzada, inesperada, dolorosa de llantos amargos en un jardín
donde las flores palidecen por no poder sentir tú acaricia por tu ausencia.
Pero allí,
en medio del bosque del amor, tu latir
se hace más intenso y sé que allá donde estés, las estrellas infinitas
son nuestro amor fundido en el universo.
PEDRO POZAS TERRADOS