domingo, enero 25, 2009

DESIERTOS VERDES


Imaginaros un bosque enorme, alineado, con sus copas de los árboles verdes, haciendo frontera con las cada vez más reducidas selvas tropicales. Imaginaros que salís del camino y os adentráis en su interior con la intención de sacar fotografías o de gravar el paisaje. Lo primero que notáis es que no existe esa vegetación baja que se encuentra en la selva, es fácil andar, saber donde pone uno el pié. Parece ser cómodo. Pensáis que vais a disfrutar. Pero cuando habéis encontrado el lugar idóneo para inmortalizarlo y os paráis para enfocar, veis que algo ocurre, que hay algo anormal en el ambiente…un silencio aterrador atraviesa tus tímpanos y la intuición te dice que pasa algo serio en ese lugar. Y si, una vez que intentas encontrar el motivo, rápidamente percibes que estas dentro de un bosque en silencio y que no escuchas ningún canto de pájaro, nada de nada. Todo silencio y cuando ves que con tu mirada tampoco ves aves volando por el cielo, comprendes que estas ante un bosque muerto, ante un monocultivo, un desierto verde.

Las plantaciones de árboles a gran escala, provocan graves impactos ambientales, sociales y en las economías locales. Impactos como la escasez de agua, dada la alteración de los ciclos hidrológicos y el deterioro de ríos y quebradas; contaminación de aire debido al uso de agroquímicos; el desplazamiento de comunidades enteras debido a la ocupación del territorio; violaciones de los Derechos Humanos, laborables y ambiéntales; impactos en las mujeres, así co
mo grave deterioro de la diversidad cultural, la violencia generalizada, la contaminación por pesticidas y la grave pérdida biológica que han sido ampliamente documentados alrededor del mundo.

Instituciones internacionales como la FAO y el Banco Mundial, así como agencias estatales de algunos países, definen incorrectamente a las plantaciones como bosque, pese a la amplia documentación que prueba que lo único que tienen en común es la presencia de árboles. Los monocultivos sustituyen bosques tropicales u otros sistemas, provocando una grave deforestación, que trae aparejada la pérdida de biodiversidad, inundaciones, el agravamiento de las sequías, la erosión de suelos, la consiguiente contaminación de los cursos de agua por el empleo masivo de pesticidas y la aparición de plagas por la ruptura del equilibrio ecológico y cambios en las cadenas alimentarías; además pone en peligro la conservación del agua, de los suelos, de la flora y de la fauna. La degradación de los bosques disminuye sus funciones en materia climática y su desaparición afecta a la humanidad en su conjunto. En este sentido se traslado esta misma queja en la Declaración internacional en contra del “maquillaje verde” de monocultivos.
Además de todas las problemáticas mencionadas, estos desiertos verdes originan disminución de la producción de alimentos básicos para los asentamientos humanos de la zona, pérdida de culturas indígenas y tradicionales dependientes de los ecosistemas originales, conflictos de empresas forestales con las poblaciones locales, llegando incluso al asesinato de lideres campesinos y la expulsión violenta de la población rural, deterioro del paisaje en zonas turísticas y fuerte disminución de fuentes de empleo en zonas de tradición agropecuaria convirtiéndose de esta forma, en gentes más pobres y aumento del hambre y la malnutrición en la población local.
¿Podemos permitirnos este lujo? ¿Es que los gobiernos no se dan cuenta que los desiertos verdes, los monocultivos solo benefician a unos pocos y destruyen la vida de una forma brutal y sin sentido? ¿Dónde están los asesores científicos y las Organizaciones Internacionales como la FAO que callan ante este estos ecocidios y violaciones de los derechos humanos?.

El Movimiento Mundial por los Bosques con sede en Uruguay, en un reciente informe sobre “Mujeres, comunidades y plantaciones. Testimonio sobre un modelo forestal social y ambientalmente destructivo” , denuncia que esta pasividad gubernamental debe buscarse en dos ámbitos :por un lado, el peso político de la
industria de la madera en manos de poderosos grupos económicos locales y por el otro, en igualmente poderosos intereses económicos extranjeros, que buscan aprovecharse de los bajos costos locales para obtener sus ganancias.

La lucha silenciosa debido a la censura informativa de los medios de comunicación locales y nacionales de las comunidades locales contra los monocultivos de árboles es un asunto cotidiano en el mundo. Una lucha que ninguna comunidad pidió sino que le fue impuesta. En Asia y el pacífico, comunidades locales en Malasia, Indonesia y Papúa Nueva Guinea luchan contra las plantaciones de palma aceitera y la Jatropha; en África hay luchas contra las plantaciones de caucho, la palma aceitera o para celulosa en Nigeria, Camerún, Liberia, Swazilandia y Sudáfrica y en América Latina, países como Brasil, Argentina, Chile, Ecuador y Uruguay sufren impactos del “desierto verde” de pinos y eucaliptos, mientras que en Colombia avanzan las plantaciones de palma para agrocombustibles, al igual que en Brasil, Venezuela y Centroamérica.


Para empeorar la situación, las plantaciones a gran escala de árboles están siendo pro
movidas como una solución falsa al cambio climático. Por un lado el parlamento Europeo y otras instituciones impulsan la llamada segunda generación de agrocombustibles que se suma a la primera tradicional, basada en madera y que llevará a una rápida y amplia expansión de este monocultivo incluyendo árboles transgénicos. Por otro lado, algunos países en desarrollo ven en un posible fondo bajo la Convención sobre Cambio Climático en una posibilidad de financiamiento a las grandes plantaciones de monocultivos como sumideros de carbono para compensar la pérdida de los bosques que por otro lado fomentan y realizan concesiones a las mismas empresas forestales. Todo un negocio redondo a costa de engaños y mentiras que falsean la realidad.
En diciembre del 2005, el principal general birmano Than Shwe, ordenó el inicio de una campaña nacional de plantación de Jatropha para la producción de biodiesel. El país debía plantar ocho millones de acres (3,2 millones de hectáreas) en un plazo de tres años. Todos los estados y divisiones de Birmania, sea cual fuera su tamaño, debían plantar al menos 500.000 acres. En Rangún el 20% de la tierra disponible quedará cubierta de Jatropha, un pequeño árbol o arbusto originario de México y América Central, cuyo aceite de sus semillas rinden mas aceite por hectárea que otros agrocombustibles. Los funcionarios públicos e inve
rsores, afirman que la gente ha sido multada, arrestada y amenazada de muerte por no cumplir con las cuotas asignadas, dañar las plantas o críticas el programa. Birmania está amenazando la seguridad alimentaría de su propio pueblo. Se está cultivando en campos agrícolas, en jardines domésticos. Se confiscan tierras para cumplir con la cuota impuesta, muchos agricultores están huyendo hacia Tailandia. Los agricultores son forzados a cuidar de la Jatropha en detrimento de su propio trabajo pues no reciben nada del gobierno, es una ley impuesta, es una esclavitud que la Comunidad Internacional debería denunciar. Los aldeanos se ven forzados a “aportar mano de obra voluntaria” en las plantaciones a razón de una persona por familia. Deben traer sus herramientas, su comida y si se niega, son objeto de represalias. El trabajo forzado no es utilizado sólo para plantar Jatropha, sino también para la construcción de fábricas procesadoras de aceite. Sin embargo la Comunidad Internacional permanece en silencio, sin intervenir con claros intereses comerciales.

Sobran una vez más las palabras. Los monocultivos son verdaderos monstruos al servicio de unos pocos, fábricas de muerte y desolación, producto de bosques en silencio, desiertos verdes que se extienden amenazantes a nivel mundial.

PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)

domingo, enero 18, 2009

SITUACIÓN EN GUINEA ECUATORIAL


Situacion de Guinea EcuatorialAlguien dijo una vez que 'Lo único que necesita el mal para triunfar, es que los hombres buenos no hagan nada'.

Es posible que algunos ya lo conozcáis pero no está demás recordarlo. Al fin y al cabo también nosotros le sostenemos
Para que los que no me conozcan, me llamo Fernando Gamboa,y hace unos meses terminé una nueva novela de aventuras titulada GUINEA que en este mes de Octubre saldrá a la venta publicada por Ediciones El Andén.

El motivo de este mail, es mi deseo de compartir con la mayor cantidad de personas posibles, y no sólo con las que adquieran la novela, todo aquello que he averiguado en los meses de investigación previos a la redacción del libro.
Lo que a continuación detallo, aunque pueda parecer exagerado o tendencioso (cuando no simplemente increíble), es rigurosamente cierto y puede ser contrastado por las fuentes que cito.

A muy pocos les debe sonar un pequeño país llamado Guinea Ecuatorial, aún menos sabrían dónde situarlo en un mapa de África, y serán contados los que recuerden que, hasta hace exactamente cuarenta años, los ecuatoguineanos eran tan ciudadanos españoles como un alicantino o un gaditano.

Por entonces, Guinea Ecuatorial era una provincia más de España enclavada en la costa Africana del Golfo de Guinea;

'La perla de África' la llamaban.

Hoy, cuatro decenios después de su independencia, bajo el yugo dictatorial de la familia Obiang Nguema y con el beneplácito de las grandes potencias cuyas empresas explotan sus campos de petróleo y expolian sus reservas madereras, Guinea Ecuatorial se ha convertido uno de los países más subdesarrollados y corruptos del mundo, y el pueblo ecuato-guineano en uno de los más aterrorizados a manos de su propio gobierno.

El actual presidente de Guinea Ecuatorial Teodoro Obiang Nguema, quien lleva29 largos años en el poder tras ejecutar al anterior presidente (su propio tío, otro asesino), ha saqueado, robado y asesinado sistemáticamente hasta extremos inconcebibles, amasando una fortuna que lo convierte en uno de los hombres más ricos del planeta, en uno de los países más pobres de África.
Aunque para ser exactos, no puede decirse que el país en sí sea pobre, pues alberga una de las mayores reservas petrolíferas del continente, cuyos beneficios de explotación reportan al régimen guineano miles de millones de euros. Lo que sucede, es que la familia Obiang se queda con ABSOLUTAMENTE TODO lo que pagan gobiernos y petroleras extranjeras (norteamericanas y chinas sobre todo) por los derechos de extracción. Pero aunque parezca mentira, la familia Obiang no se limita sólo a quedarse con esa ingente cantidad de dinero, sino que además se dedican a robar propiedades privadas (se han apoderado aproximadamente la mitad de los terrenos edificables del país, y no han pagado un céntimo por ellos), salarios (muchos trabajadores han de pagar a la familia del presidente
gran parte de lo que ganan) o negocios de los guineanos no afines al gobierno o a la familia Obiang (que al fin y al cabo es lo mismo), cuya ignominia llega al punto de despojar impune y caprichosamente a sus empobrecidos compatriotas de cualquier bien que posean sin justificación alguna.

Teodoro Obiang y su clan gobiernan Guinea Ecuatorial como lo haría un esclavista con su hacienda. Para ellos, los ciudadanos guineanos son esclavos a su disposición, y el país una finca privada que saquear sin tener que dar cuentas a nadie.

A pesar del río de dinero que fluye desde este desdichado rincón de África, sus habitantes no disponen de servicios sanitarios, educación, seguridad o justicia. Por ejemplo, ante cualquier emergencia médica el Hospital de Malabo es la única opción de asistencia, pero eso sí, bajo ciertas condiciones como: pagar la estancia y el tratamiento por adelantado, y además, llevar todo lo necesario para dicha estancia y tratamiento (y con todo, me refiero a TODO: desde las jeringas o medicamentos necesarios, al colchón, las sábanas o la comida). Sin ir más lejos, cuando hace unos años estuve en Guinea, para realizarle a mi pareja un análisis de sangre el método de extracción consistió en hacerle un corte en la mano con un trozo de cristal.

Pero, por inaceptable que resulte, esto es sólo el principio, y ni mucho menos la peor parte.

Lo que convierte a Teodoro Obiang (conocido como 'El Jefe') y sus acólitos no sólo en ladrones, si no en peligrosos criminales, es la política de detenciones arbitrarias, encarcelamientos injustificados, torturas y asesinatos cometidos contra sus propios ciudadanos. Se calcula que durante su mandato, el actual gobierno guineano ha exterminado a nada menos que el 10% de la población del país, y una cantidad indeterminada ha desaparecido o se encuentra encarcelada ilegalmente y sin juicio previo.

Según el último informe de Amnistía Internacional, los detenidos por la policía y el ejército son torturados sistemáticamente con métodos tan brutales como mutilaciones, rotura de huesos, violaciones, descargas eléctricas en los genitales o, atención: clavar tenedores en la vagina de las detenidas...

Y para quien guste de datos e imparciales estadísticas, ahí van unas cuantas:

- Guinea Ecuatorial produce 400.000 barriles diarios de petróleo
- Exporta casi 1.000.000 de metros cúbicos de madera tropical al año.
- Su Renta per Cápita la sitúa en el número 38 del ranking mundial (por encima de Kuwait o Arabia Saudita) - En cambio, en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU ocupa el puesto 121.
- El 151 sobre 163 en corrupción, según Transparency International
- La esperanza de vida es de sólo 43,3 años, según Amnistía Internacional.
- La élite gobernante posee alrededor del 98% de la renta nacional
- El 80% de la población vive con menos de 20 euros al mes.
- El gobierno de Obiang ha convertido a Guinea Ecuatorial en el centro del tráfico de drogas de África Occidental.
- Teodoro Obiang ganó las últimas elecciones con un 99,5% de los votos. Los 13 partidos políticos autorizados, estaban formados por miembros del gobierno.

En una reciente visita a Estados Unidos, la secretaria de estado Condoleezza Rice describió a Obiang como 'buen amigo'.

En Julio de 2003, la radio estatal anunció que: 'El presidente es un dios que está en contacto permanente con el todopoderoso, y puede matar a cualquiera sin que nadie le pida cuentas y sin ir al infierno, porque es el Dios mismo'
Sobran comentarios.

Y lo que personalmente hace que esta vergüenza común me resulte aún más dolorosa, es que el pueblo guineano, uno de los más amables, hospitalarios y generosos que he conocido, haya sido, como cité al principio, parte integrante del estado español. La atropellada y negligente descolonización de Guinea Ecuatorial por parte de España en 1968, es el origen de la inadmisible situación que ahora sufren los guineanos y a la que hoy asistimos con absoluta indiferencia y desafecto.

Pero hay que recordar que los ecuatoguineanos no sólo siguen hablando en castellano, si no que muchas de sus costumbres, celebraciones y tradiciones siguen siendo las mismas que las nuestras. Sus hijos cantan las mismas canciones que cantan los nuestros en el colegio, sus bromas son las mismas, hasta sus palabrotas son las mismas que las nuestras. Son, por decirlo así, unos primos cercanos de los que nos hemos olvidado totalmente, una parte de nuestra familia de la que nos hemos desentendido, ajenos y a veces cómplices de un castigo que de ningún modo merecen.

Porque probablemente, mientras lee este mensaje, una anciana agonizando de malaria pide un médico que nunca llegará.

Un niño está preguntando dónde están sus padres desaparecidos.
Una mujer implora a Dios que la mate, mientras es violada y torturada salvajemente en una comisaría.

Y cada día, Guinea Ecuatorial se hunde un poco más en las tinieblas.

Cada día, nuestra ignorancia nos hace más culpables.

Cada día cuenta.

Alguien dijo una vez que

'Lo único que necesita el mal para triunfar, es que los hombres buenos no hagan nada'.

Quizá este sea un buen momento, para averiguar qué tipo de hombres y mujeres somos en realidad.

Y si te estás diciendo en este instante 'Pero bueno, ¿y yo que puedo hacer?
Aquello está muy lejos'.

Lo cierto es que, por desgracia, no vas mal encaminado.

Guinea Ecuatorial es víctima de la maldición del petróleo, y como puedes imaginar, estados como China, U.S.A. o Francia harán todo lo posible para mantener a Obiang en su poltrona y así garantizar un suministro fiable de crudo para sus compañías petroleras. Así que será muy difícil cambiar las cosas a corto plazo en la maltratada pero aún hermosa Guinea.
Y sin embargo, sí hay algo que podemos hacer por aquella gente: correr la voz.

Estos dictadores de opereta, sólo se mantienen gracias al desconocimiento que tiene el resto del mundo de las fechorías que cometen. Cuantos más de nosotros sepamos lo que sucede, y por qué sucede, más probabilidades hay de que un día quizá no muy lejano, seamos suficientes para decir basta. Cuando políticos propios y ajenos sientan vergüenza de tratar con asesinos como Obiang, o descubran que darse abrazos dictadores que no respetan los más elementales derechos humanos tiene un costo político que sus votantes les van a hacer pagar, puede que las cosas cambien, y entre todos expulsemos de una vez por todas a esos demonios del paraísoPero esta carta es sólo el primer paso, ahora te toca a ti dar el siguiente ayudando a que llegue a la mayor cantidad posible de personas.

Si crees que esta lucha tiene sentido y deseas poner tu grano de arena, reenvía este mensaje a todos tus contactos.

Gracias por tu tiempo y tu ayuda.

FERNANDO GAMBOA "

Gamboa deja al descubierto la aventura real de «Guinea»

Escritor y aventurero, la segunda novela de aventuras de Fernando Gamboa nos presenta a una Guinea demasiado real, regida con mano férrea por el dictador Obiang. Antaño provincia del Estado español, el pequeño país tiene la segunda mayor reserva petrolífera de África.

«Guinea» es la segunda novela de aventuras de Fernando Gamboa, y es también un libro que pretende dar a conocer -y denunciar- la situación de un país africano que fue provincia del Estado español hasta hace tan solo cuarenta años.

Es el autor quien desvela el origen y la pretensión de la novela, que define así: «Es una novela de aventuras que pretende emocionar, que el que la lea disfrute del libro. Pero, en lugar de inventarme una historia, he entrelazado hechos reales y circunstancias reales de Guinea, porque la realidad supera la ficción y las cosas que parecen más increíbles son las reales». Gamboa trata así de reflejar el país africano, por medio de un relato en el que la protagonista es una chica gasteiztarra, porque «si realizas una novela sobre África con un protagonista africano, queramos o no, siempre se nos queda lejos». Sin embargo, con un occidental te sientes más identificado, y «se ve muy diferente Guinea de como la ve un guineano, que tiene una perspectiva de supervivencia». Se trata, por lo tanto, de dos realidades francamente diferentes. «Cualquier occidental que llegue a África, encuentra no otro país, sino otro planeta. Está en un lugar que no entiende nada, y en el que se da cuenta de que todas sus convicciones son una ficción que no se pueden aplicar a todo el mundo y que, de hecho, allí no se aplican». Es el choque de la desesperación, «porque la frustración de cualquier europeo que vaya a África y vea lo que está pasando es que poca cosa puede hacer».

Ante esta dura realidad, Gamboa se adentra en La República de Guinea Ecuatorial, país africano que, tras ser provincia, se independizó del Estado español el 12 de octubre de 1968. En la novela, «he procurado que tanto la crítica al Gobierno de Guinea como la crítica hacia la actitud de los occidentales no sea una crítica pesada, pero que, cuando acabe el libro, quede un poso de conocimiento sobre Guinea, porque lo peor de los paises que viven en estas circunstancias es que no se hable de ellos», aclara el autor, para determinar que «sus dictadores de pacotilla viven amparados en el silencio y en la complacencia de los gobiernos y empresas que se aprovechan de ellos, además de en la ignorancia de la inmensa mayoría».
Un desconocimiento que Gamboa considera difícil de vencer. «Sé que con una novela no cambias nada, pero el fin de escribir esta novela, no es sólo que el lector aprenda de Guinea, sino que luego tenga interés en averiguar algo más, porque solo cuando todos empecemos a hablar de ello puede que quizá empiece a haber algún cambio».

El viajero espera que su relato sirva para dar a conocer la realidad social del país africano. «No es un libro antropológico, pero sí que te haces una idea, en contraposición de cómo vivimos nosotros. Así, te das cuenta de que nuestras preocupaciones son fútiles y absurdas, cuando lo importante es vivir, comer y tener a alguien cerca».

Con la mirada enfocada en Guinea es inevitable hablar de Teodoro Obiang, «presidente» de su país desde el 3 de agosto de 1979. «Es la mano negra que está detrás de todas las desgracias que ocurren en el país», comenta tajante Gamboa. «No pasa nada en Guinea sin que sea responsabilidad suya. El y su familia son como reyes medievales, y el resto del país son vasallos sin derechos». Con una represión brutal, «los últimos años ha matado al 10% de su propia población». Sobre su sistema «tienen una censura brutal y por ejemplo, hace unos años una radio oficial dijo literalmente que Obiang era Dios» remarca Gamboa, para agregar que «actúa como si lo fuera».

Intereses petrolíferos

El viajero tampoco alberga muchas esperanzas de que las elecciones previstas para diciembre de 2009 puedan cambiar gran cosa. «En las últimas elecciones sacó un 99,9% de los votos», recuerda. Para finalizar, Gamboa señala que «la única razón para que un monigote como éste siga en el poder es que hay muchos países y empresas que tienen intereses» en un país que tiene la segunda mayor reserva petrolífera de África. «El petroleo lo sacan directamente los únicos que pueden presionar, Estados Unidos, Europa y China, por lo que la presión internacional no existe, si no es para mantener a Obiang en su poltrona». Y al pueblo no le queda nada, «ni las migajas».

«Escribir `Guinea' era una especie de cuenta moral que tenía que saldar»
Para Fernando Gamboa «los viajes son una forma de satisfacer la curiosidad». Deseoso de conocer más cosas, realizó el viaje a Guinea hace tiempo: «De hecho, he hecho bastantes viajes después», antes aún de dedicarse a escribir, pero esta novela responde a «una especie de cuenta moral que tenía que saldar». Viajero impenitente, Guinea lo impactó muchísimo y «fue, simplemente, de los sitios en los que he estado, del que he salido más cabreado». Según él, África real, «es la gente que vive, que malvive, que sobrevive, y ésa es el África que muy pocos turistas ven -Guinea no es Senegal ni Kenia-». En cuanto al desconocimiento existente, cuando el autor viajó a Guinea «nadie iba allí de viaje, sólo iban cooperantes. Cuando vas allí tienes que pedir un permiso de los lugares a donde vas, tienes que pedir un permiso para tener cámara, si sacas una foto de un lugar que no debes tienes un problema, un grave problema...». Cuando viaja, lo hace no con la perspectiva de pasar una semana en el país, sino años, y en Guinea «encontré un contacto cercano y gente fantástica».

jueves, enero 01, 2009

EL CAMINO OSCURO DE LA IGUALDAD



Un año más, una esperanza perdida en el camino de la igualdad y las lágrimas no paran de llenar cántaros que son derramados a los rios que se vuelven salados.
La muerte y la violencia humana, desgarradora, impetuosa, sorda y tremendamente monstruosa y asesina, no cesa en sembrar alaridos de guadañas negras que decapitan la dignidad del ser humano. Los conflictos armados se siguen extendiendo por el mundo, imparables y sin sentido. El poder económico y políticos ineptos y resabiados, carentes del mas sentido de la humildad o comprensión, continuan machacando a los más débiles, sacando partida de sus acciones que amparadas por la legalidad, solo son verdaderos genocidios consentidos por la Comunidad Internacional.

Hoy, un subsahariano, que sólo buscaba la libertad, el trabajo, las puertas de un primer mundo que ha destruido al segundo, ha sido abatido a disparos en la misma frontera de nuestro país por la policia marroquí. Que orgullosos nos podemos sentir. Ha fracacasado un intento de entrada por parte de humanos...SI "HUMANOS" como nosotros que solo buscan la paz que NOSOTROS les hemos quitado.....que orgullosos pueden sentirse nuestro politicos españoles porque con los acuerdos realizados con el país vecino, se ha impedido que veinte PERSONAS entraran ILEGALMENTE a nuestro país. ¿Tan poco vale una vida?. No me extraña. Resulta que un millón de personas se concentran en madrid para defender a la familia (sin saber que quien la tiene que defender es la propia unidad familiar), o que miles de personas se concentran en la Cibeles por haber ganado un equipo en un juego absurdo. Y sin embargo......diez mil niños se mueren de hambre al día y a NADIE PARECE IMPORTARLE, NADIE SE MANIFIESTA POR ELLOS, NO TIENEN FAMILIA......triste mundo el que me ha tocado vivir y triste mi vida porque yo indirectamente participo como sociedad en este absurdo delirio de lo inhumano.
Un muerto...que más da.......cientos de muertos buscando la libertad son tragados en el mar.....que más da.....mientras no lleguen a nuestras calles, no podrán quitarnos nuestra sensación de bienestar.

Reniego de todas las religiones que han destruido los valores puros del amor. ¿Porque existe tanta ira y tanta maldad en el corazón humano?.....y no me digan que es por no conocer a Dios, muchos de los que le conocen son los primeros que empuñan la espada al hermano y en nombre de Dios, del que sea, mata e hiere a sangre fria. Reniego del ser humano que no ha aprendido a comportarse como un ser civilizado y coherente.

Hoy es dia de año nuevo, pero para mi es un día muy triste y mi corazón esta en ese ser que habia puesto sus esperanzas, se habia gastado todos sus bienes por conseguir llegar a un lugar donde el creia encontrar la vida y lo que encontró es la muerte, una muerte por la que nadie llorará, un entierro donde nadia habrá, un alma que no sabra donde ir y volverá a su Tierra manchada de sangre y dolor. Otro más, un papel sin papeles y una sociedad que ha perdido el rumbo de la verdad y del amor.

Tierra santa, tierra de religiones, donde triunfan los morteros y los tanques, donde los niños no conocen la alegria, la sonrisa. Que hipocritas somos. Montamos belenes donde todo parece ser feliz, recreando un lugar y un tiempo de una historia con final feliz, de unos reyes que fueron a ver al niño Dios. Montamos belenes llenos de pastorcitos alegres, de rincones hermosos donde te gustaria hacerte figura y recorrer esos rincones imaginarios. Que falsedad, que mentira. Tendriamos que montar belenes donde existieran tanques destruyendo las casas de los pueblos, guerrilleros escondidos lanzando misiles, niños destrozados por las matanzas, bombas vivientes haciendose explotar junto al pesebre......no, no hay paz en el mundo, no nos engañemos, no hay paz porque somos un error evolutivo cometido por la propia naturaleza.

Y nuestras vidas siguen sin saber, ocultando, cerrando los ojos. Seguimos apoyando el biodiesel cuando se sabe que se esta cometiendo un verdadero acto criminal contra la humanidad en la obtención de este agrocombustible. Seguimos destruyendo las selvas a sabiendas que son imprescindibles para combatir el cambio climatico, seguimos expulsando inmigrantes sabiendo que muchos de ellos son abandonados en el desierto en una muerte horrible de sed, hambre y frio. Seguimos siendo eso, verdaderos genocidas de especies, de pueblos, de vidas truncadas.

Nosotros tenemos suerte, hemos nacido al otro lado, con papeles y nos preocupa si nos toca la loteria, los resultados de un partido de futbol, el cotilleo de unos seres parásitos de los parásitos.

Israel atacando un país, Rusia otro, Irak un herbidero, Afganistan una guerra sin fin, Colombia matando el ejercito a lideres indigenas quitandoles sus tierras para los agrocombustibles, en el Congo muriendo miles de personas en un conflicto donde mas de cuatro millones han muerto y solo por la explotación de su riqueza, el Sahara un país olvidado y abandonado, Africa entera lamentándose de conflictos, dictadores en Birmania, Cuba, Indonesia, China.....explotando.......y podemos seguir en un rosario de conflictos e injusticias donde la muerte y el exterminio tienen lugar sin que occidente tiemble en su pulso de ser los paises más ricos de la Tierra.

Por ello reniego de de mi propia especie, de las religiones, de la politica, de la sociedad......y me quedo llorando y velando ante el cadaver anónimo que hoy intentó entrar en mi país y al que dedico en nombre de todo el sufrimiento y dolor existente en el mundo, este grito de libertad, esta voz de mi conciencia, estas palabras amargas en un día donde la fiesta del nuevo año se extiende por todos los hogares de los paises ricos.

Sinceramente, no entiendo el porque nos denominamos humanos o personas.

Me siento impotente y por ello, solo puedo gritar ¡¡¡¡¡¡¡¡¡BASTA YA!!!!!!!!

Pedro Pozas Terrados (Nemo)