sábado, marzo 01, 2008

TRAFICANTES DE SALUD





Internet es una fuente de información amplia, donde podemos meternos en miles de ventanas que nos abren los ojos, unas veces para recoger la información que no te dicen, que se oculta a los ciudadanos, otras veces para dejarnos sorprendidos ante la barbarie, la mentira. También es verdad que no es oro todo lo que reluce y para eso debemos saber como filtrar esa información que nos llega para no caer en la desinformación.

Pero también existen libros de gran calidad, donde los temas que se tratan nos abren los ojos para comprender de forma global lo que ocurre en el mundo, en nuestra sociedad, en nuestro ámbito y como no, en nuestra salud. Son libros llenos de datos para consultar, para estar informados, para exigir y saber como nos están engañando y manipulando. Libros que son verdaderos discos duros, llenos de directorios, carpetas, archivos, nombres. Información que no puede ser destruida por ningún virus informático y que podemos llevar a cualquier lado y formular cualquier denuncia. Nunca olvidemos y de ello no me canso de decirlo en mis escritos, que el ciudadano tiene la fuerza y el poder, si esta informado correctamente y se une en un objetivo común.

Desde estas páginas hemos hablado varias veces de algunos libros de lectura obligada, como son “África, el pecado de Europa”. “El Gobierno invisible”, “Ciudadanos de la Tierra.com” o “El día de mañana”. Muchos otros seguirán los mismos pasos. Hoy por su trascendencia, porque nos afecta directamente, recomiendo la lectura de “Traficante de Salud. Como nos venden medicamentos peligrosos y juegan con la enfermedad”. Un libro que según estamos leyendo se nos pone la carne de gallina ante tanta injusticia realizada por las farmacéuticas, por médicos, por la sanidad de todos. Miguel Jara, su autor, nos abre los ojos de cómo nos recetan medicamentos que matan y que algunos de ellos llevan al suicidio, a ser violentos, a la muerte. Como existen crímenes corporativos, como se realizan ensayos clínicos en países pobres donde se perpetran barbaridades para probar determinados medicamentos, como se compran silencios, como se gastan las industrias más en promoción que en investigación, como se intenta que los medicamentos no pasen a ser genéricos con nuevas patentes de los mismos en las que sólo cambian palabras o sustancias que no alteran el producto.

Se analizan doce de los mayores laboratorios farmacéuticos y nos muestra la corrupción de corporaciones farmacéuticas, la ineficacia de numerosos fármacos, su peligrosidad, el fraude científico, la desigualdad del abastecimiento que promueve el mercado o la manipulación de voluntades que caracteriza al sistema sanitario que conforman. Además de todo ello, se explica que estrategias utilizan estas compañías para aumentar las ventas de sus productos y por tanto sus beneficios. Cómo intentan perpetuar su lucrativo negocio con ensayos clínicos manipulados, represión sobre los profesionales honestos, ejércitos de vendedores que vencen la voluntad de numeroso médicos, publicidad engañosa o control en los medios de co
municación. Es como dice su autor “El secuestro de la salud”.

Todo esto lo podemos encontrar en este libro que ha pasado desapercibido y que sin embargo es una verdadero bomba contra la salud de los ciudadanos y la democracia de un país. A todo esto y habiendo sido denunciado por reste libro lo que ocurre en la sanidad pública por estas compañías farmacéuticas ¿qué hace el Ministerio de Sanidad ante tan tamaño abuso e irresponsabilidad? ¿Porqué no se pone en marcha el operativo de la justicia para depurar responsabilidades y para parar este negocio impune que nos deja a todos en manos de unas compañías sin escrúpulos que sólo buscan su beneficio sin importarles los resultados de sus productos?.

Según lo que nos cuenta Miguel Jara, estas mismas compañías financian partidos políticos que una vez en el gobierno devuelven los favores; presiona a los poderes estatales y en las instituciones transnacionales para que se adopten los acuerdos de propiedad intelectual que promueve, dirigidos a extender las patentes de sus productos; trata de globalizar el consumo de medicamentos, de crear necesidades, de sumar beneficios allí donde existen poblaciones capaces de pagar los altos precios de sus brebajes o saquea sin pudor el conocimiento milenario indígena en regiones planetarias que no obtendrán compensación a cambio. Al mismo tiempo, nos dice Miguel, castigan a los países díscolos que rompen sus normas del juego, dictadas por las propias compañías, para conseguir fármacos esenciales para sus habitantes contagiados por el SIDA o que sufren enfermedades olvidadas. El autor lo denomina: “La globalización de la enferm
edad”.

El escritor e investigador, autor de "Traficantes de salud".
Es importante que todos los ciudadanos conozcan la realidad de lo que hay detrás de las farmacéuticas, de la sanidad, de las supuestas investigaciones de enfermedades, de muchos fármacos que se recetan sin existir enfermedad alguna, sólo inventada.

El libro cuestiona también con datos y pruebas, la existencia y políticas de la Organización Mundial del Comercio que exige a los pueblos fidelidad al sistema de patentes, permitiendo a las multinacionales farmacéuticas cobrar precios desorbitados que si en occidente es una estafa, en otros lugares es sólo un pensamiento ante la imposibilidad de poder comprarlo.

Termina sus 300 páginas con una serie de consejos y que debemos ser conscientes de que quien mejor conoce nuestro cuerpo, somos nosotros mismos.

Ante todas estas barbaridades y negocios contra nuestra salud, me quedo sorprendido y no me queda más remedio que pensar lo vulnerables que somos y en manos de quien estamos, de gente que les importa un pimiento nuestra salud y que sólo buscan beneficios. Los organismos públicos que no evitan esta barbarie, son responsables también por omisión y el esconder en la tierra la cabeza cómo el avestruz. Se echan manos a la cabeza ante una serie de médicos que intentaron que la muerte llegara sin dolor siendo además absueltos por la Justicia y sin embargo lo que denuncia este libro queda impune de ser perseguido. Da igual que exista un Ministerio de Sanidad o Inspectores sanitarios. ¿Para que existen si permiten que trafiquen con nuestra salud?.


PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)

3 comentarios:

Perico dijo...

Otro libro a recomendar sería "El inventor de enfermedades".

Un abrazo.

Perico dijo...

Me he equivocado, hace un tiempo que lo leí y no recordaba exactamente el título: "LOS INVENTORES DE ENFERMEDADES: COMO NOS CONVIERTEN EN PACIENTES"

de BLENCH, JÖRG

ISBN 9788423336999

Ta luego tocayo.

Perico dijo...

Algo parecido nos pasará con los alimentos transgénicos..... Dirán lo que querrán, pero yo por ahí no paso.

Un abrazo.