jueves, agosto 16, 2018

LA IRRESPONSABILIDAD DE NUESTROS POLÍTICOS


Culpables únicos del Cambio Climático



Pedro Pozas Terrados



            Una y otra vez, nuestros políticos no hacen más que echar la culpa del cambio climático al comportamiento incívico de los ciudadanos, al uso de los vehículos diésel 
que en su día el propio gobierno los catalogaba como ecológicos al consumir menos, al uso de bolsas de plásticos, de consumir mucha energía en nuestros hogares, de la compra de productos con exceso de embalaje, del consumo exagerado de agua para consumo de nuestros hogares y un sinfín de culpabilidades que en campañas bien orquestadas por las administraciones, nos hacen sentir responsables de un cambio climático acelerado cuyos únicos responsables son los políticos y ellos se encargan de  desviar su responsabilidad al pueblo.



Las multinacionales, que son las responsables directas de la contaminación a nivel planetario y que tienen bajo sus pies a los políticos de turno en cada lugar (pueblo, ciudad o país) y que más tarde muchos de ellos se colocan en puertas giratorias en los propios consejos de dirección para pagar los servicios realizados durante el periodo que ha durado su responsabilidad; acampan a sus anchas saltándose muchas leyes de prevención con anuencia o consentimiento de las propias autoridades que deberían velar por la salud de las personas y el respeto y conservación de nuestro medio ambiente y cuyo deber y para ello se les paga, es combatir el cambio climático en todos sus frentes.

Son los políticos los que deben velar por la protección de los ciudadanos y con ello, en el uso razonable y no invasivo de cualquier actividad que se realice por parte de empresas de diversas índoles.

El cambio  climático no se está produciendo por el uso de los coches diésel por parte de los ciudadanos o por el no reciclaje de la sociedad, sino por permitir que vehículos contaminantes salgan a la venta o que 157 empresas de reciclaje hayan ardido en España en seis años en lo que parece ser una mafia de intereses, donde es mejor quemar y pagar seguros, que el propio reciclaje.





Recientemente en Estados Unidos, la multinacional Monsanto ha sido condenada a pagar 289 millones de euros a un jardinero por la exposición del glifosato, un producto insecticida de uso masivo, en el distrito escolar de San Francisco. Padece cáncer en linfocitos de la sangre y es el primero de cientos de casos que esta multinacional tiene que enfrentarse ante los tribunales. Sin embargo, en la Unión Europea y a pesar de que la propia OMS considera el Glifosato como un potentes cancerígeno, se está empleando en todas las ciudades europeas  y jardines, con consentimiento de los políticos y en contra de las asociaciones ecologistas que continuamente están denunciando su carácter cancerígeno.

Este es un ejemplo de  los miles que se pueden documentar y cuya responsabilidad es sólo y únicamente política.

Es gracioso observar cuando los ciudadanos piden apagar las luces en protesta por el cambio climático, como los primeros que apagan las luces son los edificios emblemáticos (ayuntamientos, centros oficiales, instituciones del Estado…) queriendo estar en primera línea de lucha, cuando precisamente los responsables de este cambio climático tristemente son nuestros responsables públicos que generalmente están al servicio de otros intereses que no son los sociales precisamente.





¿Quién tiene que proteger la salud de las personas en todos sus ámbitos? ¿Quién tiene que inspeccionar las empresas para que cumplan con todos los protocolos de seguridad y de respeto con el medio ambiente? ¿Quién tiene que velar para que la energía que se obtenga sea de las renovables o de motores procedentes de energía libre (motores de agua, hidrógeno, solar, eléctricos…)? ¿Quién tiene que proteger los caladeros de pesca y fomentar el reciclaje con sistemas de control suficientes para asegurarse que se cumple la normativa? ¿Quién debe planificar las ciudades para evitar que la contaminación afecte a la salud de las personas evitando los miles de muertos que al año se producen en las poblaciones de riesgo? ¿Quién debe evitar la deforestación de las selvas tropicales causantes en gran medida del cambio climático? ¿Quién debe controlar y perseguir a los que cometen delitos medio ambientales? ¿Quién debe trabajar para sacar normativas de protección del medio ambiente en las ciudades y zonas rurales? ¿Quién debe proteger nuestros bosques, ríos, lagos, acuíferos, parques nacionales, ecosistemas y zonas de protección especial? ¿Quién debe poner todos los esfuerzos posibles para depurar las aguas y que no sean vertidas sin ningún tipo de control? ¿Quién son los responsables de permitir el exceso de embalaje en los productos de compra y la llamada obsolescencia programada para que se consuma de forma continuada poniendo en peligro el abastecimiento mundial de los recursos naturales? ¿Quién son los que permiten el uso abusivo de insecticidas en nuestros alimentos que envenenan nuestros alimentos? Podría seguir enumerando preguntas y cuya respuesta siempre es la misma, los políticos, que deberían estar al servicio de la sociedad y trabajar para que el bien común, en lugar de encontrarse  en su mayoría a las órdenes incondicionales de las multinacionales o del poder económico.

 A los ciudadanos nos debe de quedar claro, que los únicos responsables del cambio climático y que no hacen nada por evitarlo al ser siervos de las empresas, son los representantes políticos de todas las naciones, que no cumplen con su cometido de proteger a los pueblos y se hunden muchos de ellos en corrupciones estatales donde el único perjudicado es la sociedad en su conjunto.





Nada  va a cambiar ante el cambio climático ni ante las muertes que cada vez más se están produciendo en inundaciones, terremotos y otras catástrofes naturales que tienen como denominador común el cambio del clima originado por el ser humano. Nada va a cambiar si los ciudadanos siguen mirando a otro laso, en una amnesia ambiental sin precedentes, donde el político le responsabiliza del cambio climático y él calla bajando la mirada en el agujero de la ignorancia.

Nada va a cambiar si no existe seriamente un cambio radical de actitud por parte de los políticos de todo el mundo, para que el avance del cambio climático que amenaza nuestras vidas y la subsistencia de las generaciones futuras sean salvadas por una gran revolución pacífica cuyo liderazgo recaiga en las sociedades civiles.

El cargo público debe ser una persona que traiga consigo soluciones para un bienestar asegurado. Su sueldo y privilegios tiene que ser sudado y su compromiso estar a la altura de lo que el ciudadano demande sea del color que sea. Su cargo y responsabilidad es clara. Solucionar todos los problemas derivados de una sociedad que paga por su bienestar. Desde dar una sanidad justa, una educación  digna o un trabajo, hasta buscar soluciones inmediatas para paliar el cambio climático que se nos echa encima. No podemos consentir que sus brazos estén caídos, mientras sus cuentas estén aumentando. Debemos exigirles que cumplan con su cometido, que solucione los problemas medioambientales, que busque acuerdos urgentes con los líderes mundiales para poner fin a esta hecatombe que se nos acerca precipitadamente a nuestras vidas. Las energías renovables son el único medio de subsistir y la protección de la Tierra y de todos sus recursos, tiene que ser un asunto grave de Estado y como consecuencia de ello, buscar soluciones urgentes que las hay y muchas, aunque no muy de acordes con las multinacionales que sólo buscan el bienestar de sus bolsillos.





No consintamos más que los políticos nos culpabilicen del cambio climático y nos penalicen con impuestos. No. Miles de productos químicos peligrosos entran en nuestras vidas anualmente sin ser testados y sin saber si pueden perjudicar nuestra salud. Se da prioridad a los beneficios de las empresas mientras que el ciudadano paga todas las irresponsabilidades de las gestiones políticas de nuestros representantes. Los únicos culpables de su irresponsabilidad y del cambio climático producido y alentado por el hombre, son exclusivamente los políticos por todo lo argumentado en este artículo de opinión.

Por todo ello, no debemos ser engañados por sus bonitas palabras o promesas que nunca cumplen. El cambio climático podría pararse si la voluntad política pusiera los medios en todos los frentes existentes. Que no vendan los achaques y las acusaciones a la sociedad. Son ellos los únicos responsables y quieren desviar la atención acusándonos a los ciudadanos de los males de nuestra humanidad y de las malas prácticas para colaborar en el freno de este cambio del clima que alterara nuestras vidas.

Ellos, los políticos, son los responsables directos de la situación mundial en la que se encuentra nuestro planeta. No pueden esconder la cabeza en la llanura de la ignorancia. Su responsabilidad es única y la solución está en su mano.


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