Culpables únicos
del Cambio Climático
Una y otra vez, nuestros políticos
no hacen más que echar la culpa del cambio climático al comportamiento incívico
de los ciudadanos, al uso de los vehículos diésel
que en su día el propio
gobierno los catalogaba como ecológicos al consumir menos, al uso de bolsas de
plásticos, de consumir mucha energía en nuestros hogares, de la compra de
productos con exceso de embalaje, del consumo exagerado de agua para consumo de
nuestros hogares y un sinfín de culpabilidades que en campañas bien orquestadas
por las administraciones, nos hacen sentir responsables de un cambio climático
acelerado cuyos únicos responsables son los políticos y ellos se encargan
de desviar su responsabilidad al pueblo.
Las
multinacionales, que son las responsables directas de la contaminación a nivel
planetario y que tienen bajo sus pies a los políticos de turno en cada lugar
(pueblo, ciudad o país) y que más tarde muchos de ellos se colocan en puertas
giratorias en los propios consejos de dirección para pagar los servicios
realizados durante el periodo que ha durado su responsabilidad; acampan a sus
anchas saltándose muchas leyes de prevención con anuencia o consentimiento de
las propias autoridades que deberían velar por la salud de las personas y el
respeto y conservación de nuestro medio ambiente y cuyo deber y para ello se
les paga, es combatir el cambio climático en todos sus frentes.
Son
los políticos los que deben velar por la protección de los ciudadanos y con
ello, en el uso razonable y no invasivo de cualquier actividad que se realice
por parte de empresas de diversas índoles.
El
cambio climático no se está produciendo
por el uso de los coches diésel por parte de los ciudadanos o por el no
reciclaje de la sociedad, sino por permitir que vehículos contaminantes salgan
a la venta o que 157 empresas de reciclaje hayan ardido en España en seis años
en lo que parece ser una mafia de intereses, donde es mejor quemar y pagar seguros,
que el propio reciclaje.
Recientemente
en Estados Unidos, la multinacional Monsanto ha sido condenada a pagar 289
millones de euros a un jardinero por la exposición del glifosato, un producto
insecticida de uso masivo, en el distrito escolar de San Francisco. Padece
cáncer en linfocitos de la sangre y es el primero de cientos de casos que esta
multinacional tiene que enfrentarse ante los tribunales. Sin embargo, en la
Unión Europea y a pesar de que la propia OMS considera el Glifosato como un
potentes cancerígeno, se está empleando en todas las ciudades europeas y jardines, con consentimiento de los
políticos y en contra de las asociaciones ecologistas que continuamente están
denunciando su carácter cancerígeno.
Este
es un ejemplo de los miles que se pueden
documentar y cuya responsabilidad es sólo y únicamente política.
Es
gracioso observar cuando los ciudadanos piden apagar las luces en protesta por
el cambio climático, como los primeros que apagan las luces son los edificios
emblemáticos (ayuntamientos, centros oficiales, instituciones del Estado…)
queriendo estar en primera línea de lucha, cuando precisamente los responsables
de este cambio climático tristemente son nuestros responsables públicos que
generalmente están al servicio de otros intereses que no son los sociales
precisamente.
¿Quién
tiene que proteger la salud de las personas en todos sus ámbitos? ¿Quién tiene
que inspeccionar las empresas para que cumplan con todos los protocolos de
seguridad y de respeto con el medio ambiente? ¿Quién tiene que velar para que
la energía que se obtenga sea de las renovables o de motores procedentes de
energía libre (motores de agua, hidrógeno, solar, eléctricos…)? ¿Quién tiene
que proteger los caladeros de pesca y fomentar el reciclaje con sistemas de control
suficientes para asegurarse que se cumple la normativa? ¿Quién debe planificar
las ciudades para evitar que la contaminación afecte a la salud de las personas
evitando los miles de muertos que al año se producen en las poblaciones de
riesgo? ¿Quién debe evitar la deforestación de las selvas tropicales causantes
en gran medida del cambio climático? ¿Quién debe controlar y perseguir a los
que cometen delitos medio ambientales? ¿Quién debe trabajar para sacar
normativas de protección del medio ambiente en las ciudades y zonas rurales?
¿Quién debe proteger nuestros bosques, ríos, lagos, acuíferos, parques
nacionales, ecosistemas y zonas de protección especial? ¿Quién debe poner todos
los esfuerzos posibles para depurar las aguas y que no sean vertidas sin ningún
tipo de control? ¿Quién son los responsables de permitir el exceso de embalaje
en los productos de compra y la llamada obsolescencia programada para que se
consuma de forma continuada poniendo en peligro el abastecimiento mundial de
los recursos naturales? ¿Quién son los que permiten el uso abusivo de
insecticidas en nuestros alimentos que envenenan nuestros alimentos? Podría
seguir enumerando preguntas y cuya respuesta siempre es la misma, los
políticos, que deberían estar al servicio de la sociedad y trabajar para que el
bien común, en lugar de encontrarse en
su mayoría a las órdenes incondicionales de las multinacionales o del poder
económico.
A los ciudadanos nos debe de quedar claro, que
los únicos responsables del cambio climático y que no hacen nada por evitarlo
al ser siervos de las empresas, son los representantes políticos de todas las
naciones, que no cumplen con su cometido de proteger a los pueblos y se hunden
muchos de ellos en corrupciones estatales donde el único perjudicado es la sociedad
en su conjunto.
Nada va a cambiar ante el cambio climático ni ante
las muertes que cada vez más se están produciendo en inundaciones, terremotos y
otras catástrofes naturales que tienen como denominador común el cambio del
clima originado por el ser humano. Nada va a cambiar si los ciudadanos siguen
mirando a otro laso, en una amnesia ambiental sin precedentes, donde el
político le responsabiliza del cambio climático y él calla bajando la mirada en
el agujero de la ignorancia.
Nada
va a cambiar si no existe seriamente un cambio radical de actitud por parte de
los políticos de todo el mundo, para que el avance del cambio climático que
amenaza nuestras vidas y la subsistencia de las generaciones futuras sean
salvadas por una gran revolución pacífica cuyo liderazgo recaiga en las
sociedades civiles.
El
cargo público debe ser una persona que traiga consigo soluciones para un
bienestar asegurado. Su sueldo y privilegios tiene que ser sudado y su
compromiso estar a la altura de lo que el ciudadano demande sea del color que
sea. Su cargo y responsabilidad es clara. Solucionar todos los problemas
derivados de una sociedad que paga por su bienestar. Desde dar una sanidad
justa, una educación digna o un trabajo,
hasta buscar soluciones inmediatas para paliar el cambio climático que se nos
echa encima. No podemos consentir que sus brazos estén caídos, mientras sus
cuentas estén aumentando. Debemos exigirles que cumplan con su cometido, que
solucione los problemas medioambientales, que busque acuerdos urgentes con los
líderes mundiales para poner fin a esta hecatombe que se nos acerca precipitadamente
a nuestras vidas. Las energías renovables son el único medio de subsistir y la
protección de la Tierra y de todos sus recursos, tiene que ser un asunto grave
de Estado y como consecuencia de ello, buscar soluciones urgentes que las hay y
muchas, aunque no muy de acordes con las multinacionales que sólo buscan el
bienestar de sus bolsillos.
No
consintamos más que los políticos nos culpabilicen del cambio climático y nos
penalicen con impuestos. No. Miles de productos químicos peligrosos entran en
nuestras vidas anualmente sin ser testados y sin saber si pueden perjudicar
nuestra salud. Se da prioridad a los beneficios de las empresas mientras que el
ciudadano paga todas las irresponsabilidades de las gestiones políticas de
nuestros representantes. Los únicos culpables de su irresponsabilidad y del
cambio climático producido y alentado por el hombre, son exclusivamente los
políticos por todo lo argumentado en este artículo de opinión.
Por
todo ello, no debemos ser engañados por sus bonitas palabras o promesas que
nunca cumplen. El cambio climático podría pararse si la voluntad política
pusiera los medios en todos los frentes existentes. Que no vendan los achaques
y las acusaciones a la sociedad. Son ellos los únicos responsables y quieren
desviar la atención acusándonos a los ciudadanos de los males de nuestra
humanidad y de las malas prácticas para colaborar en el freno de este cambio
del clima que alterara nuestras vidas.
Ellos,
los políticos, son los responsables directos de la situación mundial en la que
se encuentra nuestro planeta. No pueden esconder la cabeza en la llanura de la
ignorancia. Su responsabilidad es única y la solución está en su mano.
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