¿Quién no ha soñado alguna vez con un mundo justo, con unos políticos que miren por el pueblo y para el pueblo, con un medio ambiente de calidad, con una cultura accesible a todos los ciudadanos, con un mundo sin guerras, sin hambre, con una sanidad para todos, con una educación totalmente gratuita? Muchos de los que deseamos estos sueños, nos sentimos a veces impotentes, ciegos, cansados de no poder hacer nada por conseguir estos ideales, que tendrían que figurar en cualquier programa político, que tendrían que ser bandera de la dignidad humana, principal objetivo de un mundo justo.
¿Qué os parece si os digo que este sueño puede ser realidad si todos los ciudadanos nos uniéramos?. Estamos cansados de muchos abusos originados por partidos políticos, empresas, bancos, por el precio en alza de los alimentos y sobre todo de los frescos, los cuales casi todos los beneficios los realizan los intermediarios, llegando al consumidor con precios muy altos, más bien diría desmesurados.
El consumidor tiene la fuerza, como el ciudadano tiene la responsabilidad de elegir a sus gobernantes con auténtica seriedad, sin que nos desvíe las promesas de última hora, o que este es de tal o cual partido. Muchas veces no leemos los Programas y votamos por lo que nos quieren decir en sus campañas electorales, que por otra parte se deberían limitar sólo a las sedes de cada partido, para evitar el derroche público y empresarial.
Con respecto al consumo lo tendríamos muy fácil. Boicotear su compra hasta conseguir el precio justo. Primero un producto, después otro..después no haría falta ya que los propios comerciantes e intermediarios habrían aprendido la lección. Casos los hay, como el peticionado por Greenpeace en Alemania cuando una plataforma petrolífera iba a ser hundida en el mar. Se pidió que los vehículos no tomasen su combustible de la empresa responsable y se consiguió que no la hundieran. Hubo unión de los consumidores y el poderoso tuvo de claudicar ante las presiones de un grupo ecologista. Un buen ejemplo a imitar.
En relación a nuestros dirigentes políticos, también tiene una fácil solución. Imaginemos que un grupo de personas idean una página web, que ésta tiene una serie de puntos y compromisos a seguir por nuestros gobernantes, por ejemplo: La utilización de madera certificada FSC, el perdón de la deuda externa de los países más pobres y ayuda a su desarrollo y educación, que hubiera una educación gratuita a todos los niveles, que se incentivara el transporte público subvencionando su uso, que no se derrochara el gasto público……… Imaginemos que en esa página los ciudadanos elaboran sus peticiones para una sociedad más justa y los gestores especializados las agruparan en diez grupos….Una vez que tenemos anotados todos los puntos, ponemos un registro en la página para que se adhieran a esas peticiones libremente y de forma gratuita todos los que estuvieran de acuerdo con ellas……ese registro estaría unido a un compromiso personal y moral de defender esos puntos en las elecciones. ¿De que forma?. Votando al partido del signo que fuere, que lleve en su programa las peticiones formuladas por los ciudadanos de la tierra en diez grupos que podrían estar divididos en (educación, salud, trabajo…etc.). Si, ya se que cualquier grupo político podría decir que se comprometen y después no hacerlo. Pues bien, se votaría al partido que además incluyera en ponerse un total de 100 puntos, diez por cada grupo formado, y en caso de que no se cumpliera los diversos puntos de cada grupo, se irían descontando de los 100 con el mismo sistema que el carné de conducir por puntos. Al llegar a menos de 80, el gobierno en pleno tendría que dimitir y convocar nuevas elecciones. La retirada de los puntos se haría bajo notario y comprobando que no se han cumplido el 20% de las promesas. Es una idea fenomenal, una utopía fantástica sacada de la pluma de Joaquín Lorente, pero que podría ser realidad si todos nos uniéramos para un bienestar común. Los poderosos se aprovechan de la desunión de los otros, sin darnos cuenta que podríamos ser más poderosos que ellos con todo su poder económico.
Aconsejo la lectura del libro “Ciudadanos de la tierra. com” escrito por Joaquín Lorente. Sinceramente, se sorprenderán. Es un libro que pone al lector al borde de un ataque de nervios esperando el desenlace, un libro que te hace llorar de emoción cuando la razón y la verdad consiguen triunfar y es a su vez, un grito de libertad, un llamamiento a la unión del pueblo contra la tiranía del poder económico que todo lo mueve, una idea para poner en práctica algo tan sencillo como es la sabiduría.
Sinceramente, si alguien quiere poner en práctica este sistema, que no dude en contar conmigo.
Ser ciudadano de la Tierra tendría que ser nuestro estandarte. El ver que hay millones de personas muriendo de hambre en un mundo mal repartido, explotado e injusto, debería hacer que nuestras lágrimas rompieran para siempre la utopía del no poder hacer nada, para convertirnos en defensores de un mundo más equitativo, sin guerras, ni odios, ni destrucción de nuestros bosques.
La fuerza es nuestra, sólo se necesita unirnos, levantar nuestras cabezas y a golpe de teclado, escribir en la pantalla: “Basta ya....soy un ciudadano de la Tierra que se compromete a .........”
PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)
No hay comentarios:
Publicar un comentario