¿Quién apagó las luces en señal de protesta contra los políticos mundiales? Miré tras la cortina de mi salón como un furtivo, esperando un milagro, un espectáculo inédito, una protesta sin precedentes en los anales de la historia. Faltaban unos minutos. Quise soñar pero….apagué tembloroso la luz esperando lo que ya intuía. Nada. Solo un vecino que daba al patio interior estaba observando como yo, y su hija gritaba..¡apagar las luces! Nadie la escuchó. Triste lamento infantil en una sociedad que no se toma en serio, algo tan duro y real como es la destrucción de nuestro propio planeta. No es demagogia, ni exageración. Numerosos científicos lo han reflejado en un estremecedor informe que nos anuncia desde ahora hasta fin de siglo, graves problemas que afectaran al clima mundial. Pero nada. No importa. Y lo más curioso de esta historia es que quien apagaron las luces fueron los edificios emblemáticos y centros oficiales, Ministerios…..¿no era una protesta contra los políticos? ¿no era una llamada de atención para sacarles los colores a los que tienen el poder y no quieren mejorar la situación mundial, a nivel local y nacional? Sin ir más lejos, se apagaron las luces del Ayuntamiento de Tres Cantos y sin embargo, no ponen en práctica una moción aprobada por unanimidad desde hace años, en la que el gobierno municipal se comprometía utilizar madera certificada FSC en el mobiliario urbano, protegiendo de esta forma la destrucción de los bosques primarios y en consecuencia contribuyendo globalmente en combatir el cambio climático. ¿Y se atreven con descaro a participar en una convocatoria ciudadana que iba dirigida precisamente contra este tipo de decisiones y de engaños al ciudadano?. Sencillamente, fuimos manipulados por nuestros gobernantes en la ciudad y en el mundo. Cambiaron la tortilla y se han erigido como líderes de un apagón que iba dirigido contra ellos. Buena astucia. Claro que todo esto porque los ciudadanos lo hemos permitido. Pero aquí no acaba esta irreal estampa.
Al día siguiente, se lanza el informe del cambio climático donde los peores indicios son ratificados por los científicos expertos. El cambio climático es irreversible. Cada semana, cada mes, será peor y con mayores consecuencias. Es noticia en todos los informativos. La sociedad calla, agacha la cabeza y se resigna con la leve esperanza que sea mentira o una exageración, y como último recurso..”yo no viviré para contarlo”. Triste humanidad la nuestra que con este sentir y esta sabiduría que tan orgullosos nos mostramos ante los otros seres vivos, en lugar de gritar y decir ¡basta!, miramos a un lado y sólo se nos escapa una temblorosa sonrisa.
Paralelamente a la rueda de prensa en Paris de la presentación del informe, el Presidente de Francia, en una conferencia internacional “Ciudadanos de la Tierra” hace un llamamiento ecológico y declara que tenemos que lanzarnos a una triple revolución para salvar el planeta. Una revolución de las conciencias, otra de la economía y la última una revolución de la acción política. Me hierve la sangre de tanta mentira oculta. ¿A quien quieren engañar? Mientras que Chirac habla como un ecologista (los Servicios secretos franceses hundieron en 1985 el Rainwob Warrior de Greenpeace en Nueva Zelanda cuando se disponían a participar en una protesta contra las pruebas nucleares francesas en Mururoa, isla del pacífico, asesinando al fotógrafo de Greenpeace), compañías madereras francesas están talando reservas en Costa de Marfil, petroleras francesas realizando explosiones en la selva del Congo en busca de petróleo, junto a especies en grave peligro de extinción. Y así podríamos hablar de todos los países industrializados. No olvidemos que en Nairobi, en la reunión de naciones contra el Cambio Climático, el Secretario afirmo que ningún gobierno estaba capacitado para afrontar el cambio climático. Y claro que no lo está, porque por encima de ellos se encuentra el poder económico que lo mueve todo, hasta el aire que respiramos, siendo responsable de la destrucción de la humanidad, del ecocidio planetario al que nos han sumido y de los que son responsables ellos y los gobernantes a los que elegimos en votación democrática. Dicen que sólo hay democracia una vez cada cuatro años, cuando votamos. El resto del tiempo nos manda el oculto poder imperial del dinero.
Recientemente, en una entrevista a un ex - político que abandera también la ecología, le preguntaron que porqué cuando dejan de serlo es cuando se preocupan del medio ambiente y estando con poder no lo hacen (Al Gore, Gorbachov a escrito un libro de medio ambiente, Chirac quiere liderar el ecologismo en la UE..), la respuesta fue clara: en la política se trabaja a cuatro años visto y quien ostenta el poder no son ellos, sino el la masa económica que los envuelve.
Hace treinta años que los ecologistas pedíamos acciones urgentes para no llegar precisamente a lo que hemos llegado, a un proceso ya irreversible del cambio global. ¿Porqué nadie nos escuchó o nos tildaban de melenudos que solo queríamos vivir en las cavernas? Por cierto, yo no era ni soy melenudo. Ya nadie se acuerda de ello. Los científicos han tardado décadas en reaccionar lo que era evidente y que ya se pedía desde los grupos ecologistas serios. Los políticos han cerrado los ojos y han mandado a las fuerzas de seguridad en cuanto Greenpeace realizaba una acción de protesta e incluso han sido detenidos en numerosas ocasiones. Recuerdo aún esa acción que protagonizaron tirando desde el techo dólares falsos ante una Convención del Banco Mundial. Fue muy criticada. Qué pronto olvidamos los hechos que nos interesan. Y ahora, ellos, los “líderes” mundiales enarbolan su bandera ecologista, olvidándose que ellos mismos son los responsables de esta situación en una maniobra hábilmente planificada. Para rematar este teatro de bufones, algunas empresas como la petrolera Exxon, dicen públicamente sin rubor y con descaro, que pagarán un buen dinero a cualquier informe científico que eche por tierra el presentado por los expertos del cambio climático en Francia. Una empresa que ha cerrado el año 2006 con 39.500 millones de euros a base de contaminar. Una cantidad que supera el Producto Interior Bruto de Túnez y Camerún juntos y que sólo cinco países de África tienen su PIB superior a los beneficios adquiridos por Exxon. Industrias de vehículos han amenazado que si se toman medidas estrictas a raíz del informe sobre el cambio climático, no tendrán más remedio que aumentar el precio de los coches en más de 3.000 euros. El planeta se nos va y sólo les interesa seguir con los beneficios. El ciudadano pagará el canon de su destrucción medioambiental.
Hace treinta años que los ecologistas pedíamos acciones urgentes para no llegar precisamente a lo que hemos llegado, a un proceso ya irreversible del cambio global. ¿Porqué nadie nos escuchó o nos tildaban de melenudos que solo queríamos vivir en las cavernas? Por cierto, yo no era ni soy melenudo. Ya nadie se acuerda de ello. Los científicos han tardado décadas en reaccionar lo que era evidente y que ya se pedía desde los grupos ecologistas serios. Los políticos han cerrado los ojos y han mandado a las fuerzas de seguridad en cuanto Greenpeace realizaba una acción de protesta e incluso han sido detenidos en numerosas ocasiones. Recuerdo aún esa acción que protagonizaron tirando desde el techo dólares falsos ante una Convención del Banco Mundial. Fue muy criticada. Qué pronto olvidamos los hechos que nos interesan. Y ahora, ellos, los “líderes” mundiales enarbolan su bandera ecologista, olvidándose que ellos mismos son los responsables de esta situación en una maniobra hábilmente planificada. Para rematar este teatro de bufones, algunas empresas como la petrolera Exxon, dicen públicamente sin rubor y con descaro, que pagarán un buen dinero a cualquier informe científico que eche por tierra el presentado por los expertos del cambio climático en Francia. Una empresa que ha cerrado el año 2006 con 39.500 millones de euros a base de contaminar. Una cantidad que supera el Producto Interior Bruto de Túnez y Camerún juntos y que sólo cinco países de África tienen su PIB superior a los beneficios adquiridos por Exxon. Industrias de vehículos han amenazado que si se toman medidas estrictas a raíz del informe sobre el cambio climático, no tendrán más remedio que aumentar el precio de los coches en más de 3.000 euros. El planeta se nos va y sólo les interesa seguir con los beneficios. El ciudadano pagará el canon de su destrucción medioambiental.
Nada más conocerse en el informe que nos dirigimos hacía un precipicio de forma irreversible, tendrían que haber dimitido de sus cargos todos los gobernantes mundiales por irresponsabilidad e incapacidad de gestionar la tierra. Y sin embargo se ponen la chapa del ecologista en su pecho. Cuanta falsedad acumula el hombre por ostentar el poder.
Ante todo esto debemos de unirnos en una verdadera Alianza Planetaria. Ya no son suposiciones de gente alarmista o ecologistas radicales. Nos enfrentamos a una realidad sin precedentes en la historia de la humanidad. Con unos hechos que no están lejanos, sino a una generación vista y aunque el efecto sea irreversible ya, debemos prepararnos para lo que se avecina y también exigir a nuestros representantes políticos que den prioridad absoluta a la protección del medio ambiente en todo su ámbito, tanto en la sostenibilidad como en la toma de medidas de prevención. Pido desde estas líneas al Ayuntamiento de Tres Cantos, que aplique la moción aprobada por unanimidad sobre el uso de madera certificada FSC y que reposa en el escritorio del despacho de la Alcaldesa desde hace años, con una capa de polvo llena de ignorancia y desprecio, buena forma de haber contribuido al cambio climático.
PEDRO POZAS TERRADOS
4 comentarios:
Tienes mucha razón, pero el problema es otro: que no nos damos cuenta que cada uno somos muy importantes, que si todos compraramos frigoríficos que consumen menos o bombillas halógenas el mundo podría cambiar pero no nos queremos enterar de que lo que pasa a escala macroscópica es fiel trasunto de lo que pasa a escala microscópica.Por lo demás chapó sobre lo que dices. saludos.
Amigo Fran:
También tienes razón en lo que me comentas y además en otros escritos que tengo en el blog como en "Revolución verde" y otros lo expongo. El cunsumidor tiene la fuerza, nosotros tenemos la capacidad suficiente para derrotar a la más poderosa de las empresas. Lo que no hay es unión, acuerdo de todos, acción directa de cada uno y en masa como dices. Para ello se necesita una verdadera revolución verde que parta del pueblo, desde abajo hacia arriba. De lo contrario estamos sumidos al fracaso y a enfrentarnos con desesperación contra el cambio climatico que politicos y poderes económicos nos ha llevado hacia la grieta de la rabia y de la desesperación.
Un abrazo amigo mio y muchas gracias por tu comentario.
Pedro Pozas
Muy de acuerdo con Fan y contigo, amigo Pedro. Y siento que la revolución verde, la solidaridad de todos es casi inviable porque estamos vivendo la "muerte de la rana" a TODOS LOS NIVELES, no sólo en el de la naturaleza. Cuentan que, para cocer una rana y que no saltara del agua caliente y escapara,se la metió en agua fría donde se sintió muy cómoda, y con comida a su alcance. Muy poco a poco se fué subiendo la temperatura del agua y el organismo de la rana se iba adaptando imperceptiblemente a las nuevas temperaturas sin que la rana se percatase. Cuando ésta se sintió axfisiada, ya estaba practicamente cocida. Vivimos hoy esa anestesia general y fuera de unos cuantos conscientes inconformistas que no se resignan a ser borregos, nos quedamos el el agua, cómodamente, sin querer salir de la seguridad de la olla con comida, y sin reconocer que nos están utilizando y cociendo. Y lo que más me cabrea, es que si alguien avisa del peligro le tachan de "pasao" y de más cosas... Vamos a seguir con esperanza. Muy interesante el artículo, Pedro. Me encanta tu trabajo de sensibilización y tu compromiso. Animo y un abrazo. Ñandutí
Estimado Ñandutí:
Muchas gracias por tu mensaje de apoyo, ya que tus palabras me hacen seguir en la lucha por nuestra Tierra y en desemmascarar a los verdaderos destructores de nuestra vida. Eso si, como dices, con esperanza aunque sea algo lejana.
Un abrazo
Pedro Pozas
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