Científico
y Doctor en Medicina (1946-2015)
No
tengo palabras para expresar la profunda tristeza que me envuelve tras la
marcha hacia el universo de la luz, de un amigo que tanto ha dado por la
humanidad y que ésta a cambio le ha tratado en ocasiones con
profunda maldad.
Como
médico, científico y amante de la vida, siempre ha buscado el beneficio de los
demás, el remedio curativo para las personas que se hunden ante el
enfrentamiento de una grave enfermedad y que él, con ilusión y la esperanza que
transmitía al enfermo, curaba con la única medicina curable, la aplicación de
sustancias naturales no agresivas para los órganos sanos.
Tras
ejercer la medicina rompiendo la línea abusiva que marca el imperialismo de la
sanidad y curar muchos enfermos desahuciados por la medicina natural, el supo
encontrar varios remedios que permitían dar vida a los que la medicina
tradicional, obsoleta en muchas ramas, habían abandonado por falta de estímulo
y de cambio hacía una práctica más natural y menos agresiva al cuerpo.
Pero
esta sociedad y sus leyes, marcada por organismos y multinacionales que imperan
con su ley la dictadura contra los inventos o prácticas que puedan repercutir
en su tremendo negocio, hicieron que Joaquin fuera condenado y llevado a la
cárcel como hicieron antaño con el filósofo italiano Giorgiano Bruno que murió
en la hoguera por haber sostenido que la tierra era redonda. Todo científico
que se salga de las normas impuestas por las multinacionales, como les ha
pasado a Rene Quintón (agua de mar), Monturiol (inventor del submarino),
Nicolas Tesla (energía libre y gratuita) y tantos otros que la historia nos
quiere hacer olvidar; es apartado de la sociedad y a ser posible hundido en la
miseria como les paso a estos grandes hombres de la historia.
Pero
Joaquin, a pesar de estar en la cárcel por un delito contra la salud de las
personas sólo por haber curado con remedios que no estaban autorizados por las
multinacionales farmacéuticas, en lugar de ser premiado con el Novel de la Medicina
como ya una vez fue nominado en 1988, tuvo gran coraje y ganas de vivir,
apoyado por una familia espléndida que le querían mucho, logrando salir de la
oscuridad a la que le mantuvieron y renacer con nuevos inventos en el único
objetivo de curar a la humanidad.
Ha
escrito varias obras y numerosos artículos científicos que han dado la vuelta
al mundo. Entre los libros que tengo está el titulado “Cáncer. De que la humanidad
padezca aún cáncer yo acuso”, un gran libro publicado en 1997 y
dedicado a todos los enfermos de cáncer, en el que además recoge numerosos
testimonios de curaciones realizadas con su tratamiento.
Estar
en la cárcel y que los medios de comunicación hayan manchado su nombre le dolió
mucho y si hubiera sido otra persona, lo habría dejado todo. Pero no, el con
ayuda de su familia, su mujer e hijas, consiguió seguir con sus
investigaciones. Le retiraron la licencia para ejercer en la medicina durante
unos años. Tiempo que se dedicó a dar charlas y seguir estudiando para combatir
el cáncer. Toda una gran persona y un gran científico de los de antes, no de
los que hoy así se llaman y sólo son meros investigadores al servicio de quien
le paga.
A
los pocos años, de nuevo ejerció la medicina y cuando el rayo de luz, de ese
universo escondido donde sólo están los grandes hombres y mujeres de la
historia. decidió llevárselo para siempre, para alumbrar con su sabiduría las
estrellas del universo, estaba ya jubilado,
pero seguía investigando en la obsesión de hacer un bien a los demás,
buscando siempre la esperanza del enfermo y un camino que lo llevara curar las enfermedades más graves a las que
nos enfrentamos.
He
querido escribir este artículo en homenaje a todo su trabajo científico y para
que no quede olvidado en la historia de esta humanidad que no apoya a los
verdaderos grandes hombres y a las verdaderas revoluciones que podrían acabar
con todos los males de nuestra sociedad. El poder económico solo quiere
neutralizar a los grandes hombres y mujeres que pongan en peligro el estatus de
su forma de vida y de los objetivos que quieren alcanzar: la esclavitud y la
miseria de la población mundial excepto la de ellos y sus cómplices.
Joaquín
Amat siempre será recordado por su valor al enfrentarse a un sistema sanitario
marcado por las farmacéuticas y es por ello, que en el fondo de mi corazón, en
mis lagrimas por haber conocido y ser amigo de un gran hombre, le concedo el
PREMIO NOVEL DE LA MEDICINA 2015, por su incansable labor en defensa de los
enfermos y por haber curado en su totalidad, a miles de personas que pusieron
su esperanza en sus manos salvadoras.
Toda
gran persona que ha querido romper con el sistema haciendo algo a favor de la
sociedad, ha terminado en la cárcel. Yo estaba haciendo gestiones para que su
nombre estuviera limpio si alguien consultaba en google poniendo Doctor Joaquín
Amat, pero ahora pienso que el mundo debe saber y sobre todo las generaciones
futuras, que él estuvo en la cárcel como han estado Lutero King, Nelson
Mandela, el presidente de Uruguay José Múgica y tantas otras personas de ambos
sexos que se han rebelado contra el poder político y económico buscando solo el
beneficio de su pueblo.
Por
todo ello, permitirme que mis lágrimas cargadas de versos y palabras calladas,
den mi último adiós a mi gran amigo Joaquín, al que siempre llevaré en mi alma
porque me ha enseñado que hay que seguir luchando hasta que el más allá te
llame para cabalgar hacía el universo de la vida.
“Estimado amigo, no sabes bien el
dolor que me dio al conocer tu muerte en brazos de tu compañera. La vida es
injusta y se lleva siempre a las grandes personas que poseen valores
maravillosos para la vida, mientras deja a otras que con odio y afán de poder,
buscan destruir la sociedad y pisotean sus derechos. Te fuiste mientras estabas
entre los brazos de tu mujer, una gran heroína también al haber compartido
contigo el dolor y la persecución que injustamente has padecido. Compartíamos
los mismos sentimientos e ilusiones, teníamos esperanza de muchos proyectos a
favor de la humanidad, pero el rayo de luz no respeta ilusiones ni pasiones,
surge de pronto, sin avisar y en ese instante se deja todo….hasta la vida
misma.
Según escribo esta despedida de
amigos, tengo los ojos llorosos, porque me duele despedirme de ti, me duele
haberte perdido…se que has conocido ya el mundo donde todos debemos pasar y
tememos, pero mi tristeza aumenta al
saber que un gran científico nos ha abandonado y quiero que tu nombre y tu vida
jamás se olvide. Me hubiera gustado darte un gran abrazo de despedida…pero no
es un adiós Joaquin, siempre que pensemos en ti, estarás vivo, latente y tu
nombre figurará entre las figuras más destacables de la rama de la medicina.
Tus palabras siempre quedarán
gravadas en mi corazón y tu ilusión seguirá hacia adelante. Tu familia ha cogido el testigo de tu lucha y
de tu amor para seguir con tu gran labor y no te quepa duda que yo siempre
pondré tu nombre en lo más alto de los principios y ética de la humanidad.
Cuando cada noche el cielo se cubre
de millones de estrellas, sabremos que una más, grande y resplandeciente,
iluminará las horas nocturnas del planeta Tierra llevando tu nombre. Cuando sea
de día, descansarás bajo los rayos del sol dando esperanza y aliento a los que
hemos quedado aquí abajo.
Gracias de verdad por todo lo que
has hecho por la gente, por la vida, por el amor. Tu obra será algún día
reconocida como se merece. Un abrazo amigo…el viento de la verdad recorrerá el
camino de la libertad. Tu amigo que te quiere.”
(INEXPLICABLEMENTE NO HE PODIDO ENCONTRAR EN LA RED FOTOGRAFIAS DEL DOCTOR AMAT. PUBLICO SU FOTO DEL CARNET DE IDENTIDFAD.)
PEDRO
POZAS TERRADOS (NEMO)
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