martes, junio 05, 2007

CIUDAD LIBRE DE TRANSGÉNICOS


En Palencia se ha aprobado una Moción por la que se declara el municipio “Zona Libre de Transgénicos”. Se trata del comienzo de una campaña que persigue conseguir esta declaración en todos y cada uno de los municipios de la provincia y posteriormente en toda la comunidad.
La comercialización de alimentos transgénicos es un acto irresponsable que convierte a los consumidores en cobayas humanas. Las multinacionales agrotecnológicas (que desean que para el 2010 haya componentes transgénicos en un 60-70% de los productos comercializados) se prometen grandes beneficios económicos, mientras el riesgo lo asumen los ciudadanos y el medio ambiente. Ante este panorama, las encuestas siguen mostrando el rechazo masivo de los consumidores a los transgénicos. Están patentando nuestra vida, nuestra comida y llegarán a patentar hasta el aire que respiramos.



Diez años después de su introducción en los mercados, las grandes promesas de los cultivos transgénicos están muy lejos de hacerse realidad: Ni han aumentado el rendimiento de los cultivos; ni han mejorado la calidad de los alimentos y del medio ambiente; ni han contribuido a solucionar el problema del hambre en el mundo. Por el contrario, en los principales países productores están apareciendo ya problemas agronómicos relacionados con este tipo de cultivos, se están agudizando los problemas ambientales como el abuso de pesticidas y empeoran las situaciones de pobreza, injusticia y exclusión social.





Un grupo de expertos del departamento de ingeniería genética de la Universidad de Caen, Francia, presentó un nuevo estudio, en el que se demuestra que las ratas de laboratorio alimentadas con un maíz modificado genéticamente (MG) producido por la multinacional biotecnológica Monsanto han mostrado signos de toxicidad en el riñón y en el hígado. Hay que recordar que este maíz está aprobado para consumo humano y animal en la UE. Es la primera vez que un producto transgénico aprobado ha mostrado evidencias científicas de efectos tóxicos en órganos internos.


El estudio, publicado en la revista científica “Archives of Environmental Contamination and Toxicology”, analiza los resultados de las pruebas de seguridad presentados por Monsanto a la Comisión Europea para obtener la autorización de comercialización en la UE para su variedad de maíz transgénico, MON 863. Los datos muestran que el MON863 tiene asociados riesgos significativos para la salud; sin embargo, la Comisión Europea concedió licencias para comercializar este maíz tanto para el consumo humano como para el consumo animal.
En España, el país europeo con mayor superficie de cultivos transgénicos -53.000 hectáreas de maíz en 2006 según el Ministerio de Agricultura- existe una absoluta falta de control y de seguimiento de sus repercusiones, así como falta de transparencia y de trazabilidad, como ha puesto en evidencia el informe “La Imposible Coexistencia”.


“Recordemos que, ante la agresión sin precedentes que suponen estos peligrosos cultivos, son ya 172 las regiones y 4500 los municipios de toda la EU que se han declarado libres de transgénicos, lanzando así un claro mensaje a una Comisión Europea que sigue anteponiendo los intereses de las multinacionales a los de los ciudadanos y del medio ambiente” ha declarado Juan-Felipe Carrasco, responsable de Transgénicos de Greenpeace. Un gran número de organizaciones sociales y agrarias lleva años reclamando la retirada de los cultivos transgénicos. En palabras de Andoni García Arriola, de la COAG, “el territorio español, deplorablemente, ha sido estos años pionero y campo de pruebas de los cultivos transgénicos en la Unión Europea y la población agraria esta sufriendo presiones constantes (y falsas promesas), para que sus campos se llenen de variedades transgénicas, destruyendo así el modelo de agricultura que la sociedad les esta demandando”.


Estos cultivos sólo hacen patentar las semillas alteradas y estas a su vez están preparadas para que solo un tipo de insecticida sea eficaz y ese fitosanitario los venden también los mismos que han efectuado la modificación y la venta de semillas. Se esta hipotecando el futuro de la humanidad de una manera injustificada. ¿Hace falta que pasen 30 años para que de nuevo los científicos den la razón a los conservacionistas de los peligros de estas alteraciones genéticas, como ha ocurrido con el cambio climático?.

En el mundo, los cultivos transgénicos ya ocupan 100 millones de hectáreas en el mundo. Son patentados por lo que su uso y sus semillas dependen directamente de la empresa que lleve a cabo la alteración genética, dejando al agricultor en manos de los caprichos de los laboratorios, enterrando el procedimiento milenario de guardar las mejores semillas para las cosecha siguiente. Estamos transformando el mundo en una serie de redes empresariales multinacionales que cortan la libertad de acción y el desarrollo de la agricultura y da nuestra vida en general, de una forma al más puro estilo hitleriano inhumano.


En un artículo de la revista Science, el profesor español José Luis Domingo, afirmaba que “los estudios experimentales en relación con los impactos sobre la salud son escasos. Y los que presentan las empresas de biotecnología no han sido debidamente contrastados por la comunidad científica”. En un informe de la OMS, indicaba en 2005, que debe continuarse la evaluación e investigación sobre la seguridad de los cultivos transgénicos. A pesar de todas estas advertencias, las industrias relacionadas con esta aberración contra-natura, siguen extendiendo sus tentáculos y haciendo cada vez más a los agricultores el ser dependientes de sus garras y de su dinero. Las patentes de las semillas es un atentado contra la vida y la seguridad alimentaria a escala mundial.

Sin embargo existen informes preocupantes en los que nos advierten de alteraciones impredecibles en la salud cómo proteínas extrañas causantes de procesos alérgicos, producción de sustancias tóxicas, invasiones celulares, marcadores con genes resistentes a los antibióticos, alteraciones en las propiedades nutritivas, hormonales y inmunitarias, contaminación genética, toxicidad por el aumento predecible de uso de herbicidas debido al uso de plantas resistentes a ellos, inestabilidad genética, etc. Además en la producción de alimentos transgénicos se utilizan virus, bacterias y plásmidos. Seria muy largo contar cada uno de los peligros aquí expuestos, por ello les invito a que se informen vía internet. Existe mucha información al respecto y por tal motivo, no podemos ignorar lo que esta ocurriendo.



Por todo ello, desde estas páginas, pido a los responsables de los Ayuntamientos, que se proponga, apoye y apruebe, una moción declarando sus municipios, ciudad libre de transgénicos. No podemos permitir la manipulación de nuestras vidas, de nuestra salud, de nuestra mente. ¿Tenemos que esperar 40 años para que declaren esta práctica como atentado a la vida?. Pido a todos los ciudadanos que fotocopien este articulo y que con su firma, lo envíen al Ayuntamiento para que nuestra ciudad se declare “zona libre” de esta nueva barbarie industrial, como ya lo están haciendo cientos de municipios de toda Europa.


PEDRO POZAS TERRADOS

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