Cierro los ojos y me imagino un universo bello, lleno de estrellas brillantes, luceros altivos, luces de mil colores en un fondo negro, mágico, callado, silencioso y a su vez grandioso. Si, una joya intocable pero hermosa a los ojos de cualquier ser vivo que se digne a mirar el universo pintado en el gran mural de la vida.
Pero algo esta pasando. Sus estrellas se comportan de forma extraña, con grandes fogonazos galácticos que irritan la piel de los cuerpos celestes próximos. Las rocas meteóricas cambian de rumbo sin causa aparente, creándose verdaderos caos interplanetarios y estrellándose con otros cuerpos estáticos. Algunos planetas han cambiado de órbita y giran locos buscando una respuesta a tanto desajuste universal. Mientras, los satélites salen fuera de los campos de gravidez y se pierden en una carrera buscando un imán que los atrape de nuevo. Otros, se han estrellado en la superficie de los astros que los retenía, creando si cabe más confusión en el cosmos. Los agujeros negros se han vuelto blancos como la llama de una vela sin fuerza, cerrando sus puertas a la nada. La vía láctea se hunde en el olvido, su camino de milenios, en un momento se destruye y se evapora ante los ojos estupefactos de las constelaciones. Estas, se han cansado de representar las mismas figuras y pintan a su capricho nuevas constelaciones que acaban evaporándose para siempre.
Si, el Universo se ha desbocado, la vida esta adquiriendo un sin sentido cada vez más acentuado para millones de personas. Los que vivimos en este otro lado, no nos damos cuenta de ese otro donde la miseria y la penuria son su verdadero universo, donde las guerras promovidas por nuestros gobernantes y nuestras empresas, justifican la muerte y la destrucción, donde las religiones fanáticas aumentan más el dolor y donde una naturaleza que se destruye por culpa de este lado, les causa miseria, terremotos, inundaciones, hambrunas, al otro lado.
Es extraño ese juego de palabras que asola la realidad. El norte y el sur, el primer mundo y el tercero, el desarrollado y el subdesarrollado. Como matizamos y nos conformamos en la suerte de haber vivido en el norte siendo el primer mundo desarrollado. Si, juegos de palabras, que aquí podemos combinar, pero allí un solo paso supone la muerte, el irse, desaparecer, dejar de existir. Si, la muerte es lo único que tenemos en común. Tarde o temprano llegaremos a ella. Da igual lo millonario que seas ni lo pobre. La muerte no conoce esas fronteras que los humanos imponemos marcando clases sociales y mundos divididos.
Usamos productos caseros, tecnológicos, maderas tropicales que embellecen nuestras casas, comemos pescado, carne, embellecemos nuestros rincones con flores y utilizamos biocombustibles “ecológicos” para nuestros vehículos....y no pensamos en su procedencia, y no somos conscientes que este uso abusivo causa la muerte de otros seres que como nosotros no han tenido suerte de nacer en el primer mundo y luchan por tener un baso de agua en sus labios aunque sólo sea turbio y maloliente.
El Universo se ha desbocado, el universo no sólo está en las estrellas, en el espacio exterior...el universo esta en la Tierra, en nuestro planeta, en esos pueblos que están siendo masacrados por las compañías madereras, en esos campesinos que son asesinados por defender sus tierras, en esos pescadores tradicionales que les hemos quitado su comida porque hemos agotado nuestros caladeros y lo estamos haciendo ahora en los suyos. Si, un universo desbocado cuando vemos como se extinguen las especies porque nosotros, los del mundo desarrollado no comprendemos ni sabemos respetarlas, donde queremos lucir diamantes que han sido extraídos con sangre en las manos. No, no tenemos disculpa para alegar ignorancia. Podemos y debemos informarnos de las consecuencias de nuestros actos.
Pongámonos por un momento en el pellejo de un ser humano que lo deja todo, que abandona todo, con la esperanza de llegar a un mundo que al parecer tienen de todo. ¿Seriamos capaces de arriesgar nuestras vidas? Un día, en comentarios salidos de personas inhumanas y sin corazón, decían que los que llegaban en cayucos, estaban fuertes, sanos, bien alimentados y que era una mentira que estuvieran huyendo de sus países por hambre. A mi, como persona, me cayó la cara de vergüenza, de pertenecer a una especie que hablaba así del sufrimiento humano. Pues claro, los que llegan no son los cojos, los delgados, los enfermos, la mayoría de mujeres y de niños...porque todos ellos ya han muerto en el camino. Los que llegan son los fuertes, los que han superado la prueba, los que se han enfrentado a la muerte atravesando un mar que se transforma muchas veces en su propia tumba por muy fuertes que sean. Tal vez tampoco saben los del primer mundo que África se ha convertido en el pecado de Europa, que se han explotado sus recursos naturales antes y ahora y que sin embargo, no se ha querido generar riqueza en los países cuna de la humanidad, sino solo corrupción en sus gobiernos para seguir aprovechándose de ellos.
Sólo un ejemplo más. Destrucción de las selvas, aniquilamiento de las especies y la biodiversidad de un país por empresas madereras extranjeras. Por un céntimo se explotan a los trabajadores en condiciones inhumanas y después, una vez obtenido la materia prima, la madera, la suben en barcos para ser tratada en los países del norte. Sin embargo, en el país de origen, no se crea riqueza, no se trata la madera. no se hacen muebles, no se levantan industrias, no se enseñan profesiones....solo se corrompe al gobierno, mientras que el pueblo sigue muriendo abandonado.
Ha llegado el momento de sentarnos a dialogar, de reconstruir la historia, de encauzar los ríos desbordados, de colocar a las constelaciones en su sitio, de elaborar un plan de concordia, de poner nombre al universo y que las orbitas cósmicas dejen de comportarse alocadamente. Tenemos que parar las guerras, los enfrentamientos políticos que solo llevan al odio y al engaño, a ser conscientes de que aunque no nos lo televisen ya en las horas de comida, aun siguen muriendo niños de hambre, aún continúan los coches bombas con decenas de muertos en Irak, aún se sufre de sed y de enfermedades en el mundo, aún se mutilan a las niñas para no sentir placer o matan a machetazos por sólo ser contrario de una idea. Somos un grave problema para el planeta y este se vengará si continuamos en nuestro empeño de tener un universo desbocado.
PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)
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