“Los agronegocios son responsables de la devastación de nuestros suelos, la deforestación, la contaminación de ríos y acuíferos, la desaparición de la biodiversidad, la expoliación del patrimonio natural y cultural y la eliminación de la agricultura familiar que antes alimentaba a nuestros pueblos. La expansión de los monocultivos de soja atenta principalmente contra la soberanía territorial, alimentaría y cultural de los Estados nacionales y los derechos de los Pueblos Originarios y Campesinos. El modelo de la soja excluye, empobrece y enferma a la población. Este modelo de ocupación territorial viola los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Los monocultivos industriales se expanden vaciando el territorio con su violencia estructural inherente, causan la migración rural y marginalización de la población en las ciudades y finalmente, generan la criminilización de la pobreza y los movimientos sociales”.
Declaración de Organizaciones sociales, indígenas, campesinas y movimientos urbanos de Latinoamérica.
¿Cómo es posible que sin erradicar el hambre en el mundo, robemos la mitad de las tierras para el uso de una energía procedente de los elementos básicos de la alimentación humana, sembrando más cadáveres a nuestro alrededor? ¿Podemos permitirnos este genocidio en nuestras conciencias? ¿Es que nuestros políticos encerrados en su burbuja egoísta no saben darse cuenta de lo que está ocurriendo? ¿No tienen visión global? ¿No escuchan las voces de los pueblos que se están alzando ante esta destrucción amoral y asesina?
Maíz, soja, trigo, caña de azúcar, palma de aceite………..elementos básicos, se desvían en millones hectáreas para la fabricación de agro combustibles. Otras plantas se unen a esta locura sin freno protagonizada por la Unión Europea y EE.UU., haciendo que debido a su escasez, se cambien las conductas alimentarías por otros productos como el arroz, consiguiendo que este producto suba en mas de un 80% su valor, se especule además con ello y los países como China y la India que exportaban a otros países pobres, cierren el grifo para conservar sus propias reservas. Un efecto mariposa, de dominó, de muerte y destrucción.
De la producción mundial de granos, menos de la mitad se destina a consumo humano. La alimentación animal y ahora con la producción de combustibles, el caos esta servido.
La prensa informa tímidamente de las revueltas que esta ocurriendo en muchos países, en los levantamientos del campesinado, donde se están cobrando vidas. Les quitan las tierras para el uso de los monocultivos, contaminan los ríos, asesinan a sus líderes…¿Qué opción se les da al pueblo? ¿Cómo podemos permitir estos genocidios en un siglo XXI? ¿Es que los ciudadanos europeos no vamos a exigir a nuestros líderes políticos que pongan fin a este acto criminal?.
Asistimos a una crisis alimentaría grave, de gran importancia y de consecuencias impredecibles. Las plantaciones de alimentos básicos han sido en muchos lugares desplazados por monocultivos transgénicos y eucaliptos llamados por las poblaciones locales “el árbol egoísta”. En muchos otros lugares las plantaciones de pinos se denominan “bosques del silencio”. En Brasil “desiertos verdes” o “bosques muertos, que matan todo”. En Sudáfrica hay gente que prefiere definir a las plantaciones de este tipo como “cáncer verde”, expresión que refleja su avance incontenible que va destruyendo el suelo, el agua, la flora, la fauna y los medios de vida de las poblaciones locales. Los monocultivos arrasan no solamente la diversidad de las semillas locales, sino también con el consentimiento de las compañías responsables, la identidad cultural, el conocimiento, la soberanía alimentaría. Las empresas que operan sin escrúpulos en todas estas zonas tropicales se adueñan de la tierra, las semillas y el destino de los alimentos y de la vida de las personas. Y esto es sólo un problema de tantos más que se unen al exterminio de la biodiversidad del planeta y donde los países industrializados, los ricos, donde no les importan arrasar al pobre o que la gente muera de hambre para el disfrute de beneficios mucho de ellos superfluos, extienden un tupido velo a la desesperante realidad.
Las mujeres están teniendo un protagonismo importante en estas revueltas del siglo XXI contra el hambre. En Ghana, donde la crisis como en muchos otros países sigue aumentando de forma escandalosa, una mujer, mirando a los ojos de un representante de Agrocombustible de la empresa BIOFUEL subsidiaria de BioFuel de Noruega, dijo: “Mire todos los Karités que ya cortó. Las nueces que yo recojo en un año me permiten comprar la ropa para todo el año y también me dejan un pequeño capital, con el que puedo invertir mi pequeño ingreso en un camero y a veces, en un buen año, puedo comprar una vaca. Ahora usted ha destruido estos árboles y está prometiéndome algo con lo que usted mismo no quiere comprometerse. Entonces..¿Adónde quiere que vaya? ¿Qué quiere que haga?”.
En Indonesia las selvas están desapareciendo y los bosques vírgenes que se encuentran en turberas son muy importantes para la Tierra como depósitos de carbono permanentes. Su pérdida ocasionada por las plantaciones de Palmas de aceite para la obtención de biocombustibles, hace peligrar más si cabe, la inestabilidad del planeta.
El Fondo Mundial Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), son los responsables de la hambruna que hay en el Níger según ha declarado Olivier Longué Director General de la ONG Acción Contra el Hambre. El país entró en crisis en 2005 tras vender sus reservas de cereales almacenadas en los sesenta y setenta tras cumplir las recomendaciones de estos dos organismos.
La producción de los biocombustibles, uno de los principales culpables de esta crisis alimentaría cada vez se hace más patente por parte de muchos organismos. Carlos Galian portavoz de Intermon Oxfam, declara que “se están ocupando tierras de cultivos alimenticios para los destinados a biocombustibles y granos que se producían como alimento ahora son para producir bioetanol”
El BM dejó hace años de invertir en el sector agropecuario por considerar que no era rentable. Se está reclamando que se destine más capital para esta práctica. Una de las regiones más afectadas es África subsahariana donde sólo el 4% de las tierras cultivables están explotadas con regadíos. Detrás de todas las cifras siempre hay personas, familias que no pueden comprar comida, niños que mueren de hambre, columnas de refugiados que buscan desesperadamente la vida en sus ojos.
También la especulación está jugando su baza de enormes beneficios. Grandes empresas como Cargill o Dreyfus, multinacionales con gran capacidad de almacenaje y de transporte, mantienen almacenados importantes cantidades de productos básicos para la alimentación y que luego los venden al mejor postor, repercutiendo en las reservas mundiales, ya que ello lleva a que otros países productores no vendan sus reservas por temor a que se agote para sus propias poblaciones. El efecto es devastador.
Sin embargo y sorprendentemente, el FMI y el BM en una reunión celebrada recientemente en Washington, los dos organismos se unieron contra el biocarburante ante el sensacional incremento del precio de los alimentos a los que acusaron de causar el alza de alimentos básicos como el trigo y el arroz. En Europa, la Agencia de Medio Ambiente denunció que ni siquiera reducen la emisión de gases efecto invernadero y pide a la Unión Europea que suspenda el objetivo de que en 2020 el 10% de su gasolina sea de origen verde porque aceleran la destrucción de bosques tropicales como está ocurriendo en Indonesia.
Desde hace ya varios años, el Proyecto Gran Simio en España, una ONG internacional, ya denunciaba de las consecuencias que estaban ocasionando la producción intensiva de los agrocombustibles y la expulsión de sus tierras y en ocasiones el asesinato de campesinos e indígenas en muchas partes del planeta, sobre todo en las regiones tropicales. Muchas otras ONG ya están uniendose a estas primeras voces que se alzaron, convirtiéndose en una cruzada con el objetivo de suprimir el uso de los biocombustibles en todo el planeta.
¿Qué opina la Comunidad científica que se mantiene callada? ¿Es que no tiene los suficientes juicios como para hacer declaraciones inmediatas de paralización de este uso por ser un verdadero acto criminal y acentuar el cambio climático? ¿Van a esperar cuando ya no haya solución como lo han hecho con el cambio climático que reaccionaron a los treinta años desde que los ecologistas lo anunciaban? ¿Qué hace la Unión Europea ante todos estos hechos evidentes, estos consejos estrictos que se están lanzando incluso dentro de su propio seno?
En incalificable esta actitud. Mientras, la crisis alimentaría aumenta y las hambrunas se incrementan. Millones de personas que hace seis meses no estaban incluidas en la categoría de ayuda urgente, han sido impulsadas a este grupo.
Muchos agricultores se ven tentados a vender su cosecha para la producción de biocombustibles que les reporta un mayor beneficio económico. La preocupación por la falta de cereales para el consumo alimentario ha dividido a la UE sobre la necesidad o no de mantener las subvenciones agrícolas. Todas aquellas hectáreas que se destinaran a este tipo de negocio, deberían ser retiradas de forma inmediata todas sus subvenciones.
Para millones de personas, su vida ha cambiado hasta el punto de rayar la supervivencia dura y pura y las revueltas de suceden, de región en región y con ellas, la opresión, el asesinato, la violencia, la intensificación de los refugiados medioambientales. En Paraguay se están violando los derechos humanos por los cultivos transgénicos. En Argentina, más de 200 Organizaciones de la sociedad civil advierten que los agronegocios son responsables de la devastación de los suelos, la deforestación, la contaminación de los ríos y acuíferos, la desaparición de la biodiversidad, la expoliación del patrimonio natural y cultural y la eliminación de la agricultura familiar que antes alimentaba a los pueblos. En Costa de Marfil, el biodiesel esta destruyendo la totalidad de la selva de las Charcas de Tanoé por la existencia de enormes plantaciones de palmeras de aceite de la empresa PALMCI. El levantamiento de mujeres marfileñas por la subida del arroz ha sido inmediata originándose algunos muertos tras los disturbios. Las selvas de la Cuenca del Congo, de alto valor ecológico planetario han comenzado también a ser invadidas por empresas Palmeras tras destruir las selvas de Indonesia. Los datos siguen sumándose continuamente y esta crisis alimentaría puede desembocar en la mayor revuelta mundial de la historia de la humanidad, en miles de muertos por actos violentos y millones de personas muriéndose de hambre.
Sin embargo en Europa parece que nada nos preocupa ante esta situación mundial caótica, más si cabe que el propio cambio climático. Aquí podemos seguir comprando arroz y productos de necesidad con una subida mínima en el precio total de nuestra compra. No es justo ni ético consentir tan tamaño escándalo. No digo que nosotros tengamos que pasar hambre. No es esa la cuestión. Pero si que debemos denunciar a nuestros propios lideres políticos por la mala gestión y por hacer caso de las multinacionales, olvidándose que todos vivimos en un planeta cuyas decisiones locales pueden afectar a términos globales. Debemos pedir con insistencia que se abandone la idea de los combustibles procedentes de productos básicos para la alimentación por ser un acto criminal contra la humanidad. No podemos quedar parados ante tanta injusticia producida por nuestro estatus social y si es necesario, debemos salir a la calle, hacer huelgas indefinidas hasta que se frene esta lamentable situación mundial, ya que científicos, religiosos y políticos callan como cómplices de esta crisis global.
PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)
¿Cómo es posible que sin erradicar el hambre en el mundo, robemos la mitad de las tierras para el uso de una energía procedente de los elementos básicos de la alimentación humana, sembrando más cadáveres a nuestro alrededor? ¿Podemos permitirnos este genocidio en nuestras conciencias? ¿Es que nuestros políticos encerrados en su burbuja egoísta no saben darse cuenta de lo que está ocurriendo? ¿No tienen visión global? ¿No escuchan las voces de los pueblos que se están alzando ante esta destrucción amoral y asesina?
Maíz, soja, trigo, caña de azúcar, palma de aceite………..elementos básicos, se desvían en millones hectáreas para la fabricación de agro combustibles. Otras plantas se unen a esta locura sin freno protagonizada por la Unión Europea y EE.UU., haciendo que debido a su escasez, se cambien las conductas alimentarías por otros productos como el arroz, consiguiendo que este producto suba en mas de un 80% su valor, se especule además con ello y los países como China y la India que exportaban a otros países pobres, cierren el grifo para conservar sus propias reservas. Un efecto mariposa, de dominó, de muerte y destrucción.
De la producción mundial de granos, menos de la mitad se destina a consumo humano. La alimentación animal y ahora con la producción de combustibles, el caos esta servido.
La prensa informa tímidamente de las revueltas que esta ocurriendo en muchos países, en los levantamientos del campesinado, donde se están cobrando vidas. Les quitan las tierras para el uso de los monocultivos, contaminan los ríos, asesinan a sus líderes…¿Qué opción se les da al pueblo? ¿Cómo podemos permitir estos genocidios en un siglo XXI? ¿Es que los ciudadanos europeos no vamos a exigir a nuestros líderes políticos que pongan fin a este acto criminal?.
Asistimos a una crisis alimentaría grave, de gran importancia y de consecuencias impredecibles. Las plantaciones de alimentos básicos han sido en muchos lugares desplazados por monocultivos transgénicos y eucaliptos llamados por las poblaciones locales “el árbol egoísta”. En muchos otros lugares las plantaciones de pinos se denominan “bosques del silencio”. En Brasil “desiertos verdes” o “bosques muertos, que matan todo”. En Sudáfrica hay gente que prefiere definir a las plantaciones de este tipo como “cáncer verde”, expresión que refleja su avance incontenible que va destruyendo el suelo, el agua, la flora, la fauna y los medios de vida de las poblaciones locales. Los monocultivos arrasan no solamente la diversidad de las semillas locales, sino también con el consentimiento de las compañías responsables, la identidad cultural, el conocimiento, la soberanía alimentaría. Las empresas que operan sin escrúpulos en todas estas zonas tropicales se adueñan de la tierra, las semillas y el destino de los alimentos y de la vida de las personas. Y esto es sólo un problema de tantos más que se unen al exterminio de la biodiversidad del planeta y donde los países industrializados, los ricos, donde no les importan arrasar al pobre o que la gente muera de hambre para el disfrute de beneficios mucho de ellos superfluos, extienden un tupido velo a la desesperante realidad.
Las mujeres están teniendo un protagonismo importante en estas revueltas del siglo XXI contra el hambre. En Ghana, donde la crisis como en muchos otros países sigue aumentando de forma escandalosa, una mujer, mirando a los ojos de un representante de Agrocombustible de la empresa BIOFUEL subsidiaria de BioFuel de Noruega, dijo: “Mire todos los Karités que ya cortó. Las nueces que yo recojo en un año me permiten comprar la ropa para todo el año y también me dejan un pequeño capital, con el que puedo invertir mi pequeño ingreso en un camero y a veces, en un buen año, puedo comprar una vaca. Ahora usted ha destruido estos árboles y está prometiéndome algo con lo que usted mismo no quiere comprometerse. Entonces..¿Adónde quiere que vaya? ¿Qué quiere que haga?”.
En Indonesia las selvas están desapareciendo y los bosques vírgenes que se encuentran en turberas son muy importantes para la Tierra como depósitos de carbono permanentes. Su pérdida ocasionada por las plantaciones de Palmas de aceite para la obtención de biocombustibles, hace peligrar más si cabe, la inestabilidad del planeta.
El Fondo Mundial Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), son los responsables de la hambruna que hay en el Níger según ha declarado Olivier Longué Director General de la ONG Acción Contra el Hambre. El país entró en crisis en 2005 tras vender sus reservas de cereales almacenadas en los sesenta y setenta tras cumplir las recomendaciones de estos dos organismos.
La producción de los biocombustibles, uno de los principales culpables de esta crisis alimentaría cada vez se hace más patente por parte de muchos organismos. Carlos Galian portavoz de Intermon Oxfam, declara que “se están ocupando tierras de cultivos alimenticios para los destinados a biocombustibles y granos que se producían como alimento ahora son para producir bioetanol”
El BM dejó hace años de invertir en el sector agropecuario por considerar que no era rentable. Se está reclamando que se destine más capital para esta práctica. Una de las regiones más afectadas es África subsahariana donde sólo el 4% de las tierras cultivables están explotadas con regadíos. Detrás de todas las cifras siempre hay personas, familias que no pueden comprar comida, niños que mueren de hambre, columnas de refugiados que buscan desesperadamente la vida en sus ojos.
También la especulación está jugando su baza de enormes beneficios. Grandes empresas como Cargill o Dreyfus, multinacionales con gran capacidad de almacenaje y de transporte, mantienen almacenados importantes cantidades de productos básicos para la alimentación y que luego los venden al mejor postor, repercutiendo en las reservas mundiales, ya que ello lleva a que otros países productores no vendan sus reservas por temor a que se agote para sus propias poblaciones. El efecto es devastador.
Sin embargo y sorprendentemente, el FMI y el BM en una reunión celebrada recientemente en Washington, los dos organismos se unieron contra el biocarburante ante el sensacional incremento del precio de los alimentos a los que acusaron de causar el alza de alimentos básicos como el trigo y el arroz. En Europa, la Agencia de Medio Ambiente denunció que ni siquiera reducen la emisión de gases efecto invernadero y pide a la Unión Europea que suspenda el objetivo de que en 2020 el 10% de su gasolina sea de origen verde porque aceleran la destrucción de bosques tropicales como está ocurriendo en Indonesia.
Desde hace ya varios años, el Proyecto Gran Simio en España, una ONG internacional, ya denunciaba de las consecuencias que estaban ocasionando la producción intensiva de los agrocombustibles y la expulsión de sus tierras y en ocasiones el asesinato de campesinos e indígenas en muchas partes del planeta, sobre todo en las regiones tropicales. Muchas otras ONG ya están uniendose a estas primeras voces que se alzaron, convirtiéndose en una cruzada con el objetivo de suprimir el uso de los biocombustibles en todo el planeta.
¿Qué opina la Comunidad científica que se mantiene callada? ¿Es que no tiene los suficientes juicios como para hacer declaraciones inmediatas de paralización de este uso por ser un verdadero acto criminal y acentuar el cambio climático? ¿Van a esperar cuando ya no haya solución como lo han hecho con el cambio climático que reaccionaron a los treinta años desde que los ecologistas lo anunciaban? ¿Qué hace la Unión Europea ante todos estos hechos evidentes, estos consejos estrictos que se están lanzando incluso dentro de su propio seno?
En incalificable esta actitud. Mientras, la crisis alimentaría aumenta y las hambrunas se incrementan. Millones de personas que hace seis meses no estaban incluidas en la categoría de ayuda urgente, han sido impulsadas a este grupo.
Muchos agricultores se ven tentados a vender su cosecha para la producción de biocombustibles que les reporta un mayor beneficio económico. La preocupación por la falta de cereales para el consumo alimentario ha dividido a la UE sobre la necesidad o no de mantener las subvenciones agrícolas. Todas aquellas hectáreas que se destinaran a este tipo de negocio, deberían ser retiradas de forma inmediata todas sus subvenciones.
Para millones de personas, su vida ha cambiado hasta el punto de rayar la supervivencia dura y pura y las revueltas de suceden, de región en región y con ellas, la opresión, el asesinato, la violencia, la intensificación de los refugiados medioambientales. En Paraguay se están violando los derechos humanos por los cultivos transgénicos. En Argentina, más de 200 Organizaciones de la sociedad civil advierten que los agronegocios son responsables de la devastación de los suelos, la deforestación, la contaminación de los ríos y acuíferos, la desaparición de la biodiversidad, la expoliación del patrimonio natural y cultural y la eliminación de la agricultura familiar que antes alimentaba a los pueblos. En Costa de Marfil, el biodiesel esta destruyendo la totalidad de la selva de las Charcas de Tanoé por la existencia de enormes plantaciones de palmeras de aceite de la empresa PALMCI. El levantamiento de mujeres marfileñas por la subida del arroz ha sido inmediata originándose algunos muertos tras los disturbios. Las selvas de la Cuenca del Congo, de alto valor ecológico planetario han comenzado también a ser invadidas por empresas Palmeras tras destruir las selvas de Indonesia. Los datos siguen sumándose continuamente y esta crisis alimentaría puede desembocar en la mayor revuelta mundial de la historia de la humanidad, en miles de muertos por actos violentos y millones de personas muriéndose de hambre.
Sin embargo en Europa parece que nada nos preocupa ante esta situación mundial caótica, más si cabe que el propio cambio climático. Aquí podemos seguir comprando arroz y productos de necesidad con una subida mínima en el precio total de nuestra compra. No es justo ni ético consentir tan tamaño escándalo. No digo que nosotros tengamos que pasar hambre. No es esa la cuestión. Pero si que debemos denunciar a nuestros propios lideres políticos por la mala gestión y por hacer caso de las multinacionales, olvidándose que todos vivimos en un planeta cuyas decisiones locales pueden afectar a términos globales. Debemos pedir con insistencia que se abandone la idea de los combustibles procedentes de productos básicos para la alimentación por ser un acto criminal contra la humanidad. No podemos quedar parados ante tanta injusticia producida por nuestro estatus social y si es necesario, debemos salir a la calle, hacer huelgas indefinidas hasta que se frene esta lamentable situación mundial, ya que científicos, religiosos y políticos callan como cómplices de esta crisis global.
PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)
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