Mucho se ha hablado estos días de Piratas. A todos se nos activa el cerebro y nos imaginamos a gentes de cara sucia, con vestimenta grasienta, rota, con una espada en el cinto y una pistola cruzada en el pecho. Algunos con pata de palo, otros con garfio y un loro sobre el hombro. Sanguinarios, hostiles, asesinos sin humanidad.
Ahora llaman Piratas a pescadores y niños que se han organizado para secuestrar barcos y tripulaciones que pasan cercanos a las costas de Somalia, que van armados, que piden rescate, un peaje por saquear sus aguas y un negocio si, fomentado por los de siempre, los que tienen la verdad y la justicia pero también el poder y los bancos.
Tal vez seria conveniente hacer un poco de historia, de analizar los hechos globales, de saber quien lleva el parche en el ojo y comprender una situación caótica más allá de nuestros propios intereses.
Desde 1991, Somalia es un país sin gobierno estable, sumido en la más mísera de las pobrezas, con una guerra civil latente, sin control. Esta situación dejó al país indefenso de leyes, al borde del colapso. Circunstancia que fue aprovechada por numerosos barcos procedentes de Europa, EE.UU., China y otros países para verter la mierda que en sus propios territorios estaban prohibidas por Ley. Sólo este hecho, ya merece de por sí la desaprobación moral y se convierte en un pecado contra la dignidad de los seres humanos, algo que no debería de haberse consentido por ningún gobierno de los que ahora se lamentan de los secuestros de barcos. Pero claro, esto no puede ser considerado piratería a los ojos de la sociedad. Esto es doblegar al débil. La selección natural. El más fuerte sobrevive al débil y si en Europa esta prohibido tirar bidones radiactivos, se los mandamos a ellos, al fin y al cabo, el pobre siempre seguirá siendo pobre.
Pero en 2005, un tsunami depositó en las playas y costas somalíes lo que durante tanto tiempo habían hundido en las aguas los barcos procedentes de civilizaciones “humanizadas”. El pecado Salió a la luz en forma de miles de bidones corroídos y numerosos residuos. Esta porquería tóxica provocó úlceras, cánceres, náuseas, malformaciones genéticas en recién nacidos, numerosas enfermedades entre la población y más de 600 muertos, cifra que seguramente se minimizó al máximo. Miles de afectados, playas contaminadas. ¿Quién es aquí el de la pata de palo?. No paso nada, la Comunidad Internacional se sumo en el silencio, cómplice de crimen contra la humanidad, de piratería asesina.
Nosotros, los países civilizados y sin ser llamados piratas, hemos agotado nuestros recursos pesqueros, nuestros caladeros, nuestra riqueza marina. El objetivo es claro, ir a los caladeros africanos. Ellos se están muriendo de hambre, que más da, no importa. Se compra a los gobiernos y se pesca en sus caladeros, se destruye las selvas, se extrae petróleo sin respetar los derechos humanos, o se alimenta una guerra para conseguir coltán o diamantes con destino a nuestros móviles o a los dedos de humanos que presumen de portar sangre y odio. Muchos gobiernos siguieron aprovechándose de la situación en que se encontraba Somalia, para en lugar de ayudarles a salir del agujero y restablecer un gobierno estable, permitieron que multitud de barcos de pesca comenzaran a faenar en las aguas frente al país, incluidas sus aguas territoriales, destrozando la pesca artesanal y llevando a muchos somalíes a la más absoluta de las pobrezas. En 2005 se calculó que pescaron allí unos 800 barcos de distintos países, muchos de ellos europeos y más específicamente españoles. Se ha estimado que el valor de la pesca ilegal de estos barcos durante un año, ascendía a 450 millones de dólares. Arrasando sin control la pesca, cometiendo abusos sin medida frente a una población indefensa que veía sus recursos de vida esfumarse ante el poderío de las flotas que se apoyaban entre si. Una triste realidad que tras haber dejado muertos y numerosas secuelas con malformaciones por los residuos vertidos, no importaba dejarles sin comer y todo ello, ante una comunidad internacional que no hizo nada para salvaguardar la leyes del mar. Entonces me pregunto......¿quién eran los piratas?
Ante esta situación, grupos de somalíes trataron de construir un cuerpo autodenominado “Guardacostas Voluntarios de Somalia”. Estos voluntarios tenían por misión patrullar las costas y exigir a los barcos un impuesto por la pesca en sus aguas, en respuesta a una situación caótica sin que ninguna autoridad lo evitara por no existir un gobierno ejecutivo. Pero nadie pagaba, se les tomaba a broma y lo que comenzó como único recurso para su supervivencia, se convirtieron en grupos armados, en un país plagado de armas, dividido por bandas rivales. Cuando comenzaron estos llamados “piratas” a capturar barcos, la zona se fue despejando y los barcos no llegaban con tanta frecuencia. Ahora faenan en cercos de seguridad protegidos por armadas de diferentes países. Ahora si había que realizar una intervención militar, ahora si ha reaccionado la comunidad internacional, cuando sus intereses económicos peligran.
Como bien dice Joaquin Sempere, Profesor de Teoría Sociológica y Sociología Medioambiental de la Universidad de Barcelona: “Es una indignidad aprovecharse de un país desangrado por una guerra civil. España está recuperando sus blasones imperiales contribuyendo a empobrecer a uno de los países más pobres del mundo. Al hacerlo, no sólo comete una injusticia, sino que practica una política sin futuro también para los habitantes. Porque cuando ya no haya caladeros por explotar en ningún rincón del mundo ¿qué harán los marineros y pescadores?”. “Es una indignidad aprovecharse de un país y luego mandar a los soldados a defender una causa indefendible.”Indudablemente en este sentido, los armadores y pescadores tienen culpa y son parte de este atropello inhumano hacia los más pobres.
Esta situación, esta ocurriendo en muchos países de África y Sudamérica, donde el poderío de nuestras multinacionales apoyados por la elite política, siguen desplegando destrucción y muerte en países donde las leyes son menos rigurosas.
Deberíamos reflexionar profundamente y buscar un sistema político que no fuera lucrativo y que de verdad velara por la paz mundial. Mientras que el “Alakrana” estaba retenido (no me gusta la palabra secuestrado), los famosos piratas se apoderan de un carguero lleno de armas que se dirigía a Somalia, pese a que existe un embargo de armas impuesto por la ONU. Inaudito, sin embargo consentido. Por un lado les llamamos piratas y terroristas y por el otro dejamos pasar y vendemos cargueros llenos de armas con destino a un Gobierno dictador y corrompido, procedente de países occidentales, los mismos que están esquilmando los caladeros de pesca con barcos de la armada para protegerlos. Esto es de locos, esto es un crimen contra la humanidad con todas sus palabras. ¿Quién entonces es el pirata? ¿ellos......nosotros?. ¿Quién practica la piratería?.
Los piratas somos nosotros y además sanguinarios sin escrúpulos, falsos que ocultamos la realidad y criminales porque hemos realizado acciones en los que han muerto muchas personas por contaminación y agotamiento de recursos pesqueros, les vendemos armas para que se sigan matando o nos maten. Ellos, a los que llamamos piratas, sólo son victimas de nuestra ambición, gentes que en su día se vieron forzados a tomar una decisión, empujados por la avaricia de una sociedad consumista que no repara en exterminar al más débil y quitar la vida, sin remordimiento ni llanto.
ESCUCHAR RADIO BRUNO CARDEÑOSA SOBRE PIRATAS DE SOMALIA. PINCHA AQUI
2 comentarios:
Me dejaste helada!!
que ciegos que estamos!!
En mi inocencia estupida y desinformacion pense que estaban secuestrando por hambre solamente, pero la otra cara de la verdad, asusta, indigna.
Pero somos responsables y miserables todos por mirar para el costado, por no querer ver una realidad que a gritos nos llama.
Gracias por abrir mis ojos.
Gracias a ti Tiziana, por estar ahí. Y si, somos responsables de multitud de situaciones. Te doy toda la razón. Lo importante es despertar y poder actuar en consecuencia siempore que podamos.
Un beso. Gracias por tus palabras
Pedro Pozas
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