La extracción de Coltán, un mineral muy escaso y que es empleado para uso
de alta tecnología; ha provocado un largo conflicto bélico interno en la
República Democrática del Congo, que desde 1997 hasta nuestros días, ha causado
más de cinco millones de muertes. El control por las minas de este mineral
escaso, así como por la extracción de diamantes, ha originado que este
conflicto durara tantos años y se cobrase tantas muertes ante los ojos cerrados
de la comunidad internacional. Han existido y existen aún verdaderas hambrunas
en muchas regiones de este país que soporta una deuda externa casi
insostenible. Sin embargo, es uno de los países con mayor riqueza, siendo “La
cuenca del río Congo”, la segunda selva más importante de la tierra.
En las montañas del parque Nacional Kakuzi Biega, donde se extrae el 80%
del Coltan del mundo, han acabado con la vida de cientos de gorilas,
perdiéndose para siempre poblaciones muy importantes para la supervivencia de
este simio en peligro de extinción. Para la declaración de Parque Nacional, se
expulsó a tribus indígenas abandonándolas a su suerte sin que nada se haga por
ellas. Los niños mueren de enfermedades y malnutrición cada día porque son
incapaces de conseguir un hospital mejor equipado. Miles de civiles han huido
al interior de la selva, donde se enfrentan al hambre y a las enfermedades. Ha
sido la guerra que más muertes ha generado desde la segunda guerra mundial, con
mil víctimas mortales diarias. Otros miles acabaron con sus manos mutiladas,
violaciones a menores y hasta la incalificable aberración de obligar a padres a
cometer canibalismo con sus propios hijos una vez asesinados. Un verdadero
infierno en la que el mundo cerró los ojos por claros intereses económicos.
Mercenarios extranjeros alimentaban los enfrentamientos cambiando armas por los
preciados metales, mercenarios pagados por el mundo civilizado, el mismo que
utilizaba las materias primas con olor a muerte, el mismo que se horrorizó de
las matanzas, el mismo que mando a los cascos azules a estar de brazos cruzados
mientras la muerte inundaba las calles.
Leonaro Da Vinci: una profecía oculta.
Leyendo uno de
los cuadernos de notas de Leonardo da Vinci, en uno de sus apartados dedicado a
diversas profecías, me sorprendió hallar una advertencia clara y concisa, sobre
la destrucción de los bosques tropicales y la eliminación de sus moradores que
coincide plenamente con el conflicto ocasionado por el Coltan. Ciertamente
nadie hasta ahora había puesto atención a ese mensaje oculto entre sus
cuadernos, a esa claridad en la que nos advierte sobre nuestra mala gestión,
nuestro ímpetu arrasador, nuestro espíritu destructor. Leonardo (1452-1519) nos
advertía con insistencia y no bajo un código secreto, sino abiertamente en uno
de sus cuadernos dejados como legado de su aportación a la ciencia, que:
"Se verán sobre la tierra seres que siempre están luchando unos
contra otros con grandes pérdidas y frecuentes muertes en ambos bandos. Su
malicia no tendrá límite. Con su fortaleza corporal derribarán los árboles de
las selvas inmensas del mundo. Cuando se sientan hartos de alimentos, su acción
de gracias consistirá en repartir muerte, la aflicción, el sufrimiento, el
terror y el destierro a toda criatura viviente. Su ilimitado orgullo les llevará
a desear encumbrarse hasta el cielo, pero el excesivo peso de sus miembros les
mantendrá aquí abajo. Nada de lo que existe sobre la tierra, debajo de ella o
en las aguas quedará sin ser perseguido, molestado y estropeado, y lo que
existe en un país será traspasado a otro. Sus cuerpos se convertirán en tumbas
de todos los seres que ellos mismos han matado."
En otra de sus
hojas escritas nos dice:
"Los metales saldrán de oscuras y lóbregas cavernas y pondrán a la
raza humana en un estado de gran ansiedad, peligro y confusión.......¡Qué
monstruosidad! ¡Cuánto mejor sería para los hombres que los metales volvieran a
sus cavernas!. Con ellos, las inmensas selvas serán arrasadas de sus árboles y
por su causa perderán la vida infinito número de animales” .
El nombre ‘coltán’ procede de la abreviatura de columbita y
tantalita, minerales que contiene este tipo de roca. De estos minerales se
extrae el tantalio y el niobio, utilizados en distintas industrias de aparatos
eléctricos, centrales nucleares, misiles, fibra óptica y otros, aunque la mayor
parte de la producción se destina a la elaboración de condensadores y otras
partes de los teléfonos móviles y ordenadores, así como necesarios para la
navegación espacial de nuestros satélites y naves espaciales.
La escalada de precios del coltán comenzó hace
relativamente poco tiempo y tuvo que ver con el uso de tantalio para la
fabricación de microchips de nueva generación que permitían baterías de larga
duración en teléfonos móviles, videojuegos y portátiles. Los precios se
dispararían aún más, unos años antes del año 2000, cuando comenzaron a escasear
las reservas de coltán en Brasil, Australia y Tailandia. Las multinacionales
pusieron el punto de mira en la República Democrática del Congo y fomentaron
una guerra que aun tiene secuelas y continua en algunas regiones, donde se
intercambiaba armas por el preciado mineral indispensable para que los países
occidentales puedan avanzar tecnológicamente…¿pero acosta de qué? De sangre
inocente, esclavitud, violación de los derechos humanos, violaciones a mujeres
y niños, miles de niños muertos aplastados y asfixiados al extraer el coltán,
mutilaciones…millones de muertos que pesan sobre nuestra conciencia porque
estamos permitiendo este crimen de lesa humanidad a cambio del bienestar y la
tecnología de los países ricos. ¿Podemos dormir tranquilos ante tanta
injusticia y asesinato? ¿Qué precio estamos pagando? Hoy día todos condenamos
la esclavitud de los negros y lo vemos como una aberración humana o el
exterminio nazi de los judíos. Sin embargo nadie se escandaliza por este otro
exterminio oculto que es igual de aterrador y espeluznante que los realizados
en los siglos pasados. Interesa no saberlo, pasar de puntillas ante las débiles
denuncias que de vez en cuando salpican los medios de comunicación.
Las Compañías de telefonía móvil no son capaces de unirse y
tomar soluciones ante este panorama que se desarrolla en las minas de coltan
que están controladas por el ejército o guerrilla y donde el tráfico ilegal es
un hecho permanente y donde compañías incluso españolas e intermediarios
españoles como vimos en el documental reciente del programa “Tierra Hostil”, no
les importa cómo se adquirir el coltan. Solo buscan que les salga lo más barato
posible. La sangre de decenas de miles de hombres y mujeres, la muerte de miles
de niños y el uso de la esclavitud llevado a lo más miserable de un ser humano,
les deja totalmente indiferente.
Cuanta maldad hay en los seres humanos y cuánta razón tenía
Leonardo Da Vinci en su descripción sobre los metales de la tierra. El hombre
autodenominado “sapiens”, no es capaz de utilizar los recursos naturales de una
forma sensata y con el respeto a los valores más fundamentales de esta Tierra:
la vida.
Cuando tengamos en nuestras manos el teléfono móvil, la
tablet, el portátil, el ordenador…..no debemos olvidar nunca de la sangre
inocente vertida por tener este lujo ya imprescindible en nuestro desarrollo
tecnológico, social y científico. Aún sin asesinar a nadie, nuestras manos
están manchadas de almas inocentes que mueren sin aliento, sin vida, sin
sonrisa, sin alegrías en beneficio de nuestra sociedad. Ellos también son
Charlei. El mundo se conmueve por un acto terrorista donde mueren por desgracia
12 personas y el mismo mundo olvida la muerte y el asesinato de decenas de
miles de personas y miles de niños que se encuentran tras la cara oculta del
Coltán.
Medidas
a adoptar.
Debemos emplear todos nuestros conocimientos
en la técnica para que la humanidad avance, pero lo debemos hacer con el
respeto a la naturaleza, sin que esos avances signifiquen por otro lado
destrucción, desolación y muerte en la extracción de materia prima. Es
importante el respeto al medio ambiente, a las poblaciones locales y que la
recogida del Coltán, no se realice con enfrentamientos bélicos o destrucción de
la biodiversidad. La Comunidad Internacional debería adquirir un Código de
Conducta para impedir el comercio de minerales, madera o cualquier otra materia
prima, que provenga de regiones en conflicto donde no se respete el fundamental
derecho: la vida. No debemos permitir que estos recursos sean extraídos de
países pobres donde el hambre, conflictos bélicos, dictaduras, explotación
humana y destrucción de recursos
naturales sea la norma, ya que el dinero
obtenido solo beneficia a los mandatarios de turno y su pueblo seguirá pasando hambre y miedo de
vivir.
Hay que buscar
mecanismos suficientes para reciclar los teléfonos móviles al objeto de
ser empleados nuevamente en la fabricación de los nuevos y un sistema de
evaluación internacional que prohíba la entrada en el mercado de estas materias
primas procedentes de zonas dudosas y sancionar de manera ejemplar, a las
multinacionales que operan y se enriquecen cometiendo verdaderos crímenes de
lesa la humanidad.
Aún estamos a tiempo de parar este
eco-genocidio anunciado por Leonardo y que hace tiempo ha comenzado a destruir
las vidas de millones de personas. En tus manos depende. El consumidor tiene la
fuerza, el poder de hundir multinacionales. Los poderosos son los ciudadanos de
a pié que consumen los productos y por ello debemos de exigir que todos los
artículos de venta incluidos los teléfonos móviles procedan de manos limpias,
de palomas de la paz y no de sangre, muerte y destrucción.
Nuestro corazón ha de ser sensible
al sufrimiento del mundo, sensible a cuidar una Tierra única en la que nuestros
hijos y las generaciones futuras tengan derecho a vivir de igual forma que
nosotros y por ello tenemos la responsabilidad de proteger nuestro entorno y los seres vivos que en él vivimos.
ENTRA EN: http://simiomobile.com/
PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)
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