A lo largo de estos años y quien haya tenido una visión global de lo que está ocurriendo a nivel político en los países de la Unión Europea, se habrá dado cuenta que no estamos incluidos en una unión de países cuyos objetivos sean el progreso de las sociedades humanas. Sus dirigentes, los miles de lobbies de las multinacionales, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Europeo, la Comisión Europea y el Presidente de la UE elegido antidemocráticamente sin participación de los ciudadanos europeos, nos muestran un terreno de organismos internacionales que intentan doblegar las voluntades de los pueblos elegidos democráticamente y poner de rodillas a pueblos como los griegos, portugueses, italianos o españoles.
Lo hemos visto como si fueran monstruos
carnívoros ávidos de sangría a los representantes europeos lanzarse contra el
Presidente de Grecia solo por que ha intentado no quitar derechos a su pueblo y
hacer un referéndum democrático para consultar a su pueblo que destino quiere
para su país. Las intromisiones, declaraciones del miedo contra los griegos por
parte de Presidentes de Gobiernos y Ministros, es absolutamente una crueldad
antidemocrática que nos hace pensar que estamos tristemente ante una dictadura
sin precedentes en la historia de la humanidad. Una dictadura europea que exige
a los gobernantes de países anular derechos, robar los sueldos de los
trabajadores, aliarse con el poder económico para
endeudar a los ciudadanos en
ambientes de absoluta corrupción como pasa en España. ¿Cómo se puede llamar
democracia cuando se castiga y critica la verdadera democracia de la consulta
popular? ¿A que estamos jugando? Criticamos y nos repulsa las dictaduras de
otros países sin ver claramente que estamos dentro de la propia boca de la
dictadura europea.
Bajan los sueldos, privatizan la sanidad
y la educación, nos quitan los derechos más fundamentales y sin embargo ellos,
los que nos dicen que apretemos el cinturón, viven en burbujas que en nada
tiene que ver con los recortes y si con los beneficios y privilegios. Este año
se jubilan 340 funcionarios de la Administración Europea con solo 50 años de
edad, quedándoles una pensión vitalicia de 9.000 euros todos los meses. Sin
embargo no hacen así mismo lo que exigen a los demás.
Pero solo esto es la punta del iceberg.
Las directivas que se aprueban son siempre en beneficio de multinacionales que
son las verdaderas causantes de los males de la humanidad, del cambio
climático, de las guerras del mundo, del control alimentario y sanitario. Todo
está en manos de ellas y la Unión Europea en lugar de regir la cordura y la
defensa del europeo, son instrumentos del poder económico contra los
ciudadanos.
Nadie quiere hablar de la Asociación
Transatlántica para el Comercio y la Inversión, un tratado que se está llevando
de manera oculta entre la Comisión Europea y Estados Unidos, para que las
multinacionales obtengan todo el poder y se permita el negocio para favorecer
contratos del sector público con
empresas privadas en todos los países de la Unión Europea para su liberalización.
Nos quieren llevar sin consultar, al mayor atropello social de nuestra historia
bajo la bandera dictatorial de la Unión Europea.
En unos documentos filtrados por Wikileaks, este tratado pasaría por
encima de regulaciones nacionales como las culturales, las sociales o las
ambientales y serían los tribunales comerciales privados creados para tal
efecto, los que decidirían la forma en la que se regulases sus actividades. Es
decir, cualquier gobierno nacional, regional o local, elegido democráticamente
en las urnas, deberá avisar al resto de los países firmantes de cualquier
regulación que quieran aplicar en su propio país, lo que posibilitará que las
grandes multinacionales se puedan anticipar a estos cambios normativos e
incluso pedir explicaciones que las instituciones estarán obligadas a dar por
escrito. Entonces…¿para qué sirve la democracia de un país? Nos están vendiendo
nuestra libertad sin que sepamos porque y como. El ciudadano quedará en una
situación gravemente comprometida ya que no habrá ningún mecanismo de control
del poder porque el poder estará fuera de nuestras fronteras y la privatización
de la Justicia se hará efectiva al someter todas las discrepancias sobre las
inversiones exteriores a procedimientos arbitrales privados.
Sin embargo nada de esto nos dicen los
políticos actuales que callan ante los acuerdos que se están llevando a cabo y
que en pocos años se implantará en los países de la Unión Europea. Con la
llamada crisis, que yo la llamaría robo criminal contra los ciudadanos, han
quitado derechos y reducido el bienestar en millones de europeos y jamás con
estas nuevas políticas invasoras volveremos a disfrutar de un bienestar que nos
han despojado cambiando a espaldas de los ciudadanos la constitución.
Los beneficios de los acuerdos de este
tratado son bien claros. Limitar la
soberanía de los gobiernos elegidos democráticamente facilitando las demandas
de las empresas contra la puesta en práctica de políticas que afecten a los
intereses de las multinacionales, otorgando de este modo a estas grandes empresas
facultades para impugnar nuevas leyes por los gobiernos, por lo que tras la
puesta en marcha del tratado resultará muy difícil la modificación de la
legislación nacional ordinaria y hará irreversible medidas como las
privatizaciones de los servicios públicos.
Todos saldremos perdiendo en este
tratado de TTIP si no ponemos de forma inmediata freno a esta locura, a esta
falsedad democrática.
Los objetivos en materia sanitaria del
Tratado están dirigidos a eliminar medidas reguladores que afectan al comercio
como reducir las regulaciones ambientales y alimentarias que garantizan la
calidad y seguridad de los mismos a
usuarios y consumidores e incrementar los derechos de propiedad intelectual de
las empresas farmacéuticas prolongando los periodos de las patentes de
medicamentos e innovaciones
tecnológicas. De esta forma se eliminaría muchos de los genéricos que pasarían
a ser marcas propiedad de estas multiunacionales.
Nos enfrentamos ante un invasor de
grandes proporciones que alterará la vida de todas las personas y países de la
Unión Europea. Un invasor que está siendo traído por los propios responsables
de Europa en un gran ataque contra la soberanía de todos los ciudadanos de
europeos. Ante esto, nos tenemos que revolver, alzar de nuevo nuestras voces y
no consentir que seamos engañados por nuestros políticos cómplices en primer
grado de lo que ha ocurrido y puede ocurrir si se firma ese tratado con Estados
Unidos.
No entiendo como ciudadanos que han
llegado a la política se supone con vocación y con el espíritu de ayudar a su
país y la sociedad que le ha votado, sean capaces de engañarnos y someterse a
las fauces de las multinacionales. No entiendo como los ciudadanos de nuestro
país sigan con los ojos cerrados votando a partidos cuyas responsabilidades son
evidentes de corrupción y de someter a
sus conciudadanos a la opresión financiera. No entiendo cómo se puede perder la
vergüenza y la dignidad de unas multinacionales que solo buscan el tener más a
costa del sacrificio y la muerte de millones de personas. No entiendo que
seamos capaces de quedarnos con los brazos cruzados mientras nos roban de esta
manera cruel y despiadada y no respondamos con nuestras palabras y votos para
un cambio radical de nuestra sociedad.
Tenemos ante nosotros un cambio climático
producido precisamente por el hombre, por el capitalismo abrasador de este
mundo, donde todos los ecosistemas están desapareciendo y los recursos
naturales escasean. Sin embargo, en lugar de cambiar hacia una sociedad más
justa, más sostenible y respetuosa con la madre Tierra como así también nos lo
pide el Santo Padre Francisco en su ya famosa carta encíclica titulada “Laudato
Si. Sobre el cuidado de la casa común”, vamos a permitir la firma de este TTIP
con Estados Unidos del que sin lugar a dudas abrasará más aún nuestras vidas y
tendremos una Unión Europea más dictatorial, basada en la conveniencia de las
multinacionales para operar a su libre placer contra los ciudadanos.
Este es el espejo donde si no damos
marcha atrás a este proceso que se está llevando de una forma oculta y
silenciosa, caeremos nuevamente en la trampa política dictatorial que nos están
imponiendo bajo una bandera azul con estrellas que caerán al suelo. Un tratado
donde se quiere poner por delante de los
derechos de los ciudadanos a los intereses de las grandes multinacionales en un
ataque a la soberanía de los países que quieren desarrollar políticas públicas
progresistas.
La desaparición de las regulaciones
medioambientales que garantizan la salud pública como la autorización del
fracking para obtener gas del subsuelo utilizando productos químicos que pueden
contaminar los acuíferos, es una práctica más que quieren imponernos con este
nuevo tratado.
El ciudadano carece muchas veces de la
información necesaria para comprender lo que está pasando y esta carencia es
culpa de uno mismo que se deja influenciar por aquellas noticias que escupen
las agencias de prensa de forma continuada para cambiar sin que nos demos
cuenta de actitudes y pensamientos. Debemos tener siempre una visión global
crítica y no dejarnos embaucar por declaraciones que tienen por objetivo
manchar la realidad y ocultar nuestra propia historia.
Y si hablamos con despotismo de aquellos
países actuales que tienen políticas dictatoriales sin existencia de democracia
alguna, los hechos relatados aquí y ahora y que podían rellenar muchas más
paginas, nos hacen sentir una Europa que no busca el bienestar de sus
ciudadanos, que les quita sus derechos, privatizan lo público y crítica
lanzando el miedo cuando un país por derecho convoca a su pueblo a un
referéndum de consulta y esto solamente tiene una palabra: DICTADURA
PEDRO
POZAS TERRADOS (NEMO)
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