Con
esta pregunta coherente o con caritas tristes de enfado y algún mensaje que
otro, es la respuesta a la poda abusiva o más bien masiva mutilación que
algunos vecinos han escrito indignados en los cortes realizados recientemente a
las encinas en el denominado parque de los Alcornocales.
Este modo de actuación con sierras
mecánicas no se debería realizar ni tampoco se puede llamar limpieza de
matojos, sino talas muchas de ellas de ramas fuertes que no tenían ningún
peligro de caída, dejando de esta forma a los encinares desprovistos de muchas
ramas y algunas encinas cortadas al ras del suelo.
Esto es imperdonable y no sostenible
el trato que se ha dado a este bosque singular y atractivo, en el que muchos
ciudadanos pasean entre los encinares disfrutando de la naturaleza y el olor a
campo y escuchando sus sonidos y el canto de los seres que habitan en sus ramas
que les da cobijo.
No sé quien planifica estas podas
mortales y con qué razonamiento corta unas ramas si y otras no. No tiene
sentido alguno. No es un parque infantil que tiene que cuidarse bien para que
no se produzca un accidente. Estos pequeños encinares son vírgenes, se
encuentran ya en el exterior de la ciudad pegados al Parque Regional de la
Cuenca del Manzanares y sus ramas no hacen daño a nadie y sin embargo son necesarias
para el buen desarrollo de la encina, para albergar a numerosas especies de
insectos necesarios y para captar más CO2 de los expulsados por el hombre.
Ahora, al pasear, nos preguntamos
¿Por qué?. Miremos donde miremos vemos la huella de la mutilación sin sentido,
de sus ramas heridas, del poco respeto a los verdaderos guardianes del planeta.
No
entenderé jamás el porqué se planifica estas mutaciones. No estoy en
contra de una poda normal, pero lo que se ha hecho de nuevo en esta zona tan
querida por muchos vecinos, es un abuso que va contra la dignidad de la encina
y el respeto a la vida de unos seres que aunque sean vegetales, son
indispensables para la vida.
PEDRO POZAS TERRADOS
(NEMO)
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