domingo, diciembre 03, 2006

MOVIMIENTO POR LA PAZ VERDE

Nairobi: un nuevo fracaso.

Desde que la humanidad reconoció las consecuencias de un cambio climático en 1992, con la famosa Cumbre de la Tierra en Brasil, han pasado muchos años en los que hemos visto, de una forma progresiva y continua, cómo diferentes fenómenos van solapándose uno detrás de otro, advirtiéndonos que la frágil Tierra se nos va de las manos sin remedio y de una forma estúpida.

Se han organizado cumbres, tratados, acuerdos, reuniones, legislación, buenas intenciones.., pero la Tierra sigue cada vez más enferma, más mustia….se muere. Nadie hace nada. Quién puede cambiar esta locura, calla. Sólo el poder económico, que no es humano, es el que tiene la fuerza y los suficientes mecanismos para frenar esta insensatez. Este poder oculto es dirigido desde altas esferas, más allá de los políticos, transformando a la sociedad en objetos ciegos y poniendo en serio peligro la estabilidad mundial.

Cuando veo este conformismo, grito con tinta ardiendo en mis venas. No es posible que seamos una “especie sabia”, que otorga y se conforma sin luchar por una justicia más justa, más equilibrada con nuestro entorno natural. Por ello creo sin lugar a dudas, que si de aquí a diez años no estalla una revolución verde, ecológica, donde en lugar de charlas sean acciones, en lugar de proyectos sean decisiones del momento; el mundo camina hacia una hecatombe sin precedentes.

Los polos se derriten, la temperatura de los mares aumenta, las estaciones sufren variaciones. ¿Qué esta pasando?. Lo sabemos todos pero sin embargo nos quedamos quietos, mirando hacia otro lado.

“Los líderes del mundo no están a la altura del reto ético que supone la lucha contra el calentamiento global”, ha declarado un alto funcionario de la ONU refiriéndose a la cumbre de Nairobi.

¿En que manos ineptas hemos dejado la seguridad mundial? ¿Cómo es posible que tengamos los ciudadanos del mundo tan mal atino de elegir a unos líderes que sólo saben mirar el dedo del sabio que señala el universo?. Esto es más serio de lo que muchos representantes de naciones puedan pensar.

En la clausura de la cumbre de Nairobi, Kofi Annan, Secretario General de la ONU, advirtió a todos los presentes, que “el cambio climático no es un asunto de ciencia ficción. Destrozará cosechas, pondrá en peligro a las poblaciones costeras, destruirá ecosistemas, extenderá enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla. Repito, no es ciencia ficción”.

Pero para muchos como siempre, estas duras palabras dirigidas a irresponsables, quedaran olvidadas y será el poder económico, dirigido por los amos del mundo, quien jueguen con sus consolas a destruir ecosistemas, contaminar los mares y ríos, esquilmar los recursos planetarios sin importarles en lo más mínimo las consecuencias de sus criminales hazañas. Estos genocidas y ecocidas, parapetados en escritorios de lujo y mansiones de incalculable valor, observan los resultados de su juego mortal con total naturalidad y sonrisa en los labios.

La seguridad mundial tiene que ser prioritaria en estos momentos de crisis medioambiental. Nos jugamos el destino de millones de personas y el bienestar de las generaciones futuras. Ponemos bajo la guillotina a millones de otros seres vivos que han tenido la desgracia de vivir bajo el yugo opresor del ser humano. Debemos romper la soga de nuestra atadura al sistema, para unirnos desde la base y cambiar hacia un futuro más sostenible.

Podemos y debemos hacer muchas cosas para que esta revolución ecológica triunfe y tiene que ser un movimiento pacifista pero exigente con todos los problemas medioambientales, desde el consumo (no aceptando alimentos modificados genéticamente), pasando por votar a políticos comprometidos por el medio ambiente, sencillos, cercanos al pueblo y con valentía para enfrentarse a ese poder económico que todo lo manipula y terminando por no comprar madera de procedencia tropical. Deben ser acciones conjuntas, amplias, rápidas, comprometidas. La sociedad debe de mostrar que le importa su mundo, que nos importa la huella ecológica que van a heredar nuestros nietos y las generaciones futuras.

Diez años dan los científicos, pero entre todos lo podemos conseguir. Formemos una Plataforma Verde permanente, extendamos la problemática, comencemos por nosotros mismos en cambiar muchos hábitos agresivos con el medio y sencillos de poner en práctica, sigamos con nuestra comunidad, extendámoslo al municipio, a la provincia, comunidad, la sociedad en general. Dictemos un Código de Conducta, sigámoslo, exijamos su puesta en práctica a nuestros representantes políticos. No tenemos tiempo. ¿Nadie se ha fijado en las hojas de los árboles? Estamos cercanos a la estación invernal y numerosos árboles caducos siguen manteniendo sus hojas verdes, medio marrones, sin querer saltar al vació de un cambio en el clima que no es normal. La Tierra nos avisa, pero los humanos callan.

Seamos guerreros verdes pacíficos, hagamos boicot a los productos que contaminan y nos envenenan. Portemos lazos verdes y azules como guardianes de nuestro planeta, como personas comprometidas en la lucha por nuestra calidad de vida, alcemos nuestras voces pidiendo Paz Verde y portemos con orgullo la bandera de la Tierra en nuestros corazones.



PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)


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