lunes, abril 18, 2016

EDUCACIÓN: EL TERMÓMETRO DE LA VIDA



 Organizaciones proteccionistas y de bienestar animal en Argentina llevaron adelante una jornada abierta en la ciudad de La Plata el pasado 16 de abril de 2016 en la que solicitaron la pronta aprobación de la ley de educación contra el maltrato animal. La iniciativa, presentada en 2014 por la diputada Valeria Amendo Lara y la O.N.G. de la Región Capital "Educación contra el Maltrato Animal", busca promover desde las escuelas bonaerenses "actitudes responsables a los fines de concientizar, erradicar y prevenir todo acto de maltrato hacia los animales, fomentando el respeto a la vida y los derechos de los mismos".
El evento se realizó en el edificio Anexo de la Cámara de Diputados de Buenos Aires.
"La crueldad animal es un indicador del riesgo social por lo que aumentar la empatía con ellos puede disminuir la violencia escolar, doméstica, de género y social", explicó la Legisladora quien resaltó que "la violencia es una sola, no importa de qué especie sea la víctima".

Por otro lado, el profesor Ángel G. Méndez Presidente de la Asociación  “Educación contra el Maltrato Animal”, Asociación compuesta fundamentalmente de profesores y que está realizando una gran labor educativa en colegios y charlas a favor de la protección de los animales, al principio de su intervención, leyó una carta escrita por Pedro Pozas Terrados Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio en la que decía:




  EDUCACIÓN: EL TERMÓMETRO DE LA VIDA
      
  Todos nosotros hemos sido educados de una forma o de otra para poder convivir en una sociedad que tiene sus grandes riesgos pero que también tiene sus grandes ilusiones y virtudes. Sin la educación, no sería posible la existencia de una vida tranquila. Sin la enseñanza no podríamos sobrevivir en la jungla del asfalto. Cuando el humano o cualquier otro ser vivo da sus primeros pasos siempre están guiados por la madre o algún miembro del entorno para enseñarle lo que tiene que hacer, como se tiene que poner de pié, guardar el equilibrio y según pasan los meses como poder buscar comida en el caso de los animales no humanos, enseñarles los peligros, cumplir las reglas del grupo, en definitiva educación para subsistir y formarse.

          
  Por ello considero de gran importancia la educación en todos los ámbitos dirigida a los niños y jóvenes. No solo es importante saber la historia de un país o saber resolver ecuaciones matemáticas. La empatía hacia los demás seres vivos es muy importante, no solo con nuestra propia especie.

         
   En una charla que di a unos niños de siete años en un colegio público hablando del maltrato que se producía a los animales para realizar números que eran impropios de su propia especie, les expliqué que en Proyecto Gran Simio habíamos rescatado de un circo a cinco tigres que los llamaban “los tigres saltarines”. Cuando salían a la carpa se les obligaba a subirse a una plancha de acero y cuando se escuchaba el redoble de un tambor, comenzaban a dar saltos como locos. La gente se reía les explicaba. Pero lo que no sabían es que en los ensayos, cuando no hay público, esa misma plancha de acero cuando los tigres están subidos y tocan el redoble de un tambor, se pone incandescente quemando las patas de los tigres y éstos saltan de dolor. Pero ante el público, al tocar el tambor, los tigres por inercia comienzan a saltar y eso para los responsables del circo era bailar. Pues bien, cuando termine la charla con ellos, la mayoría al acabar la clase les dijeron a sus mamas y papas que por favor no les llevara más a ver un circo. Había abierto los ojos a unos pequeños que seguramente les habrá quedado grabados mis palabras a la hora de ver las instalaciones de un circo con animales. Esto es educación y la importancia de hacer comprender lo que tal vez en ocasiones no lleguen a comprender. Pasa lo mismo con los zoológicos…¿te gustaría estar encerrado en un estrecho lugar y que mucha gente con ruido y carcajadas en ocasiones te fueran a observar horas tras hora, día tras día..?. Tenemos tanto los mayores como los niños y jóvenes, que ponernos en la situación del ser vivo que tenemos delante, tener empatía. ¿Qué sentimientos tenemos ante un delfín que se le obliga por medio de silbatos a realizar acciones impropias de su especie como lanzar con su hocico al entrenador por los aires o pasar por un aro de fuego dentro de una piscina pequeña y la imagen de ver a ese mismo delfín en el mar abierto, saltando y jugando con las olas y recorriendo cientos de millas en libertad? Pues esas son las claves para una educación de respeto al resto de los seres vivos que conviven en nuestro planeta.

            
Una Ley de educación contra el maltrato animal así como una Ley rigurosa de protección animal, es indispensable que tengamos para poder enseñar a nuestros jóvenes a vivir en el respeto a otras formas de vida. Y si  así lo hacemos, sin duda alguna será la clave para respetar de igual forma a la propia especie, a nuestros semejantes.

            En Proyecto Gran Simio tenemos un proyecto educativo que lo hemos titulado “abriendo los ojos”, dirigido fundamentalmente a los jóvenes. Hoy en día para muchos de ellos al menos en España, parece que no hay nada más en el mundo que el móvil, la juerga, los amigos y los juegos. Es necesario abrirles los ojos, tocarles el corazón y explicarles que ellos van a ser en el mañana los que dirijan el destino del país, del mundo y que les debe preocupar lo que está ocurriendo de forma global y local en nuestras sociedades humanas. En este proyecto educativo que tenemos, les explicamos los efectos del cambio climático, lo que está ocurriendo con la deforestación de los bosques y las selvas tropicales, de cómo se están asesinando a líderes indígenas y de campesinos por luchar y defender la tierra, como se está expulsando de sus tierras ancestrales a pueblos enteros de indígenas por multinacionales sin escrúpulos, como el cambio climático se está produciendo principalmente por la alteración de los vientos planetarios al destruirse las selvas tropicales, como están desapareciendo muchas especies, que ocurre con la extracción del coltán elemento fundamental para los móviles y donde cientos de niños esclavos mueren para extraer ese mineral, de cómo se trata a los animales en los zoológicos, en los circos, delfinarios….en definitiva, abrirles los ojos a un mundo que tal vez han escuchado de refilón en alguna noticia o documental, pero que no han prestado la suficiente atención para comprender que todo ello repercutirá más adelante en sus vidas.

            
Cada vez que doy una charla a los jóvenes, les animo a que me escriban y que me digan que es lo que piensan, que si les ha servido para algo. Es increíble la capacidad que tienen de comprender y sentir una vez que llegas a su corazón y abren sus ojos a lo que tú les quieres hacer ver. Palabras muchas veces que me hacen llorar y que me anima a seguir, que me dan fuerza y esperanza ante una nueva generación que tiene que cambiar de una forma radical el curso de la historia de la humanidad si no queremos estrellarnos contra la nada.

            El termómetro de la vida se encuentra a 40º. Si sigue aumentando llegaremos al colapso irremediablemente, a la autodestrucción por no haber sabido dirigir nuestros pasos hacia el futuro, hacia una sociedad justa y sostenible.

         
   Siempre se lo digo a ellos. Los jóvenes tienen que convertirse en guerreros del arco iris como cuenta una leyenda india, en que llegará el día en que los ríos estarán contaminados, los bosques destruidos y que de la tierra surgirán cual jinetes valientes los guerreros del arco iris para luchar de forma pacífica contra este caos originado por sus mayores.

            Debemos bajar ese termómetro de la vida y los jóvenes junto con la educación, son los factores claves para que la bajemos al menos a 37º. La empatía, el amor por el semejante y del resto de los seres vivos, la alegría de mantener nuestra naturaleza intacta con armonía y sensibilidad, guardar y proteger nuestros tesoros naturales, han de ser sin duda objetivos principales para incluir en el camino de nuestras sociedades.

            El que un país legisle una ley de Educación contra el maltrato Animal, es ser un país progresista, avanzado, con miras al futuro, respetuoso de otras formas de vida. Es ser un país que ha roto las cadenas de la genética, las barreras de las especie y que mira por el bienestar de sus ciudadanos que son todos, tanto los humanos como no humanos.

          
  Por ello, pido humildemente desde esta carta que va dirigida a todos vosotros, incluidos políticos, que Argentina está haciendo historia en la protección animal si se consiguiera aprobar esta Ley como ya lo ha hecho al sentenciar una jueza en Buenos Aires que Sandra, un orangután cautivo en el zoológico, es una persona no humana. Algo está cambiando, hay brisas de esperanza y los jóvenes en la educación y los políticos con estas leyes avanzadas, están formando una élite de avanzada sociedad que espero abarque pronto a todas las naciones del mundo.

            Gracias por poder entrar durante unos minutos en vuestros corazones.


Pedro Pozas Terrados
Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio  (GAP/PGS-España).
Socio de Honorario de la Educación contra el Maltrato Animal.
Correo electrónico:  nautilusmar@yahoo.es
Teléfono:  +34 678 708 832


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